El secreto de la adrenalina

Hola mundo

Fue uno de esas tardes calurosas y aburridas del fin de semana. Descalzo, con short, partí una sandia enorme en la cocina y grité a mi compañero del departamento, Gilzi, ¿vamos a la playa o que?

Gilzi se asomó diciéndome vámonos. Agarramos la mochila de los Matkot, las llaves del jeep militar y bajamos los cuatro pisos del departamento, mordiendo las rebanadas de la sandia y disfrutando su jugo frio que parte se escurria sobre nuestros cuerpos, mezclando se con el sudor.

Vivimos en la montaña del Carmel, unos veinte minutos de bajadas hasta la mediterránea playa del Haifa. Desde arriba se puede ver el inmenso mar como una carpeta enorme de color azul profundo, la banda dorada de la arena que se encarcela el mar, la carretera que sigue paralelo a la playa y nuestra carretera que baja como una serpiente hasta que se conecta en el semáforo con la carretera paralela, justo en frente del mar.

Al principio, el semáforo se ve lejos, pequeño. Una lucesita roja en la distancia, pegada al gran azul. Pero ya estamos cerca, unos cientos metros del semáforo. Yo estoy manejando todavía con mi uniforme de la cocina cuando corté la fruta verde roja. Gilzi de copiloto, igual, solo con sus ridículos shorts y sus pies en el dashboard. Enfrente, el semáforo cambio de verde a rojo y yo, aun falta algo de distancia, dejo el acelerador.

No me gusta manejar rápido y luego frenar cuando veo un semáforo rojo. Prefiero dejar el coche en neutral y jugar el; “a ver si llega solo”. A veces tengo que usar los frenos, a veces tengo que acelerar poco, pero cuando el coche llega a parar solito justo en el semáforo, me siento como un niño que logro sacar la muñeca de la imposible maquina de los 10 pesitos.

En Israel la gente tiene muy poca paciencia y no les gusta mi actitud. Así fue con el taxi que manejaba atrás de mi en esta tarde calurosa del fin de semana. Aun faltaron unas docenas de metros para el semáforo rojo, me rebaso con gran velocidad y luego freno fuerte para ser el primero, forzándome a frenar antes den tiempo. Pude jurar esa vez que ganaría la muñeca. Ni modo, pensé y seguí una platica olvidada con mi Gilzi.

El semáforo se volvió verde. El choche en frente de mi aceleró para cruzar la carretera. En lado izquierda, una fila larga de coches parados por su turno rojo, ocultando una ambulancia que rebasó esa fila en velocidad extrema.

Yo apenas metí primera, cuando frente a mi, la ambulancia choca con el parte delantera del Taxi. No se porque no oímos su sirena. Puede ser por la brisa del Neptuno o simplemente porque todo pasó tan rápido. El conductor de la ambulancia salió volando del parabrisas. El taxi, por el golpe, dió varios giros en su lugar. Las puertas se abrieron y escupieron dos chicas que se enbarraron en el asfalto por varios metros.

Silencio.

Sin pensar, Gilzi y yo brincamos afuera del jeep para dar primeros auxilios. El taxista quedó en su lugar sin conciencia y escurría sangre de sus oreja, otro pasajero adentro estaba en una posición subrealísta gritando de dolor. Fui primero con el. Gilzi atendió las embarradas y juntos, en un momento, corrimos para ver que pasa al entro de la ambulancia. 

Muy rápido aparecieron otras ambulancias y un helicóptero. Dos médicos llegaron corriendo e intentaron acostarme en su cama portátil. ¿Que te pasa? grite a los dos que solo enseñaron con sus dedos a mis pies. En este momento note la mancha de sangre en rededor de mi.

hasta ese momento pude ver que estaba cubierto de pedacitos pequeños de vidrio, como si fuera granizo. Por estar descalzo y corriendo a todos lados, mis pies se quedaron sin piel literalmente. De repente sentí el dolor como si fueron mil cuchillos clavados en mis pies. Gilzi ya estaba acostado en otra cama y juntos pasamos la noche en el hospital. Mientras los doctores separaron vidrio de carne, estuve pensando, eso pude ser peor, si no fue el taxi que nos rebasó, pudo pasar a nosotros. 

Seguro que la gente que nos miraron en este accidente pensó; que sacrificio, que héroes. Pero la verdad es que la heroína de este cuento es la adrenalina. Una hormona que el cuerpo usa en casos extremos. Bajo el efecto de esta droga, uno tiene poder superior y esta totalmente desconectado de su cuerpo. no se siente dolor o daño que el súper poder genera.

La ciencia explica el funcionamiento físico de la adrenalina, las diferencias de los efectos en diferentes tejidos por los diferentes receptores y otros detalles aburridos muy importantes. sin embargo, se ignora el fenómeno del súper poder que recibe uno bajo el efecto de la adrenalina. Recuerdo caso de una mujer que levanto el lado del coche que aplastó a su hijo, o personas que caminan sobre braza con 400 grados Celsius sin dañar y mas ejemplos de este estilo.

Lo que hace la adrenalina através del efecto físico, es abrir las puertas que tenemos en el cuerpo para poder conectar con la energía cósmica, algo que los chinos practican cada día con las técnicas del Qi gong, Tai chi y mas. Esa energía permita lo imposible. 

La historia más famosa sobre este fenómeno es la historia del Shimsón en la biblia. El, con su cabello (puerta en hebreo) pudo vencer un león, luchar contra ejercito completo y al fin, destruir un edificio. Fue un ser único que logró conectar con la energía cósmica en una manera consciente.

Nosotros por el momento, tenemos que usar la adrenalina. Hasta la próxima Yaron.

El secreto divino de la Luz

Hola mundo.

¿Quien tiene pregunta de la noche? Pregunté a mis hijos en la cena familiar como siempre. Estaban muy concentrados en atrapar las rebanadas de las coles Bruselas que flotaban en la crema de coliflor, así que ni me respondieron. ¿nada? Entonces yo voy a preguntar, dije. buscando rápido en mi cabeza una pregunta decente para estimular las mentes de esos chamacos.

Levante mi mirada y vi los focos que colgué de entre de los bambús para dar un ambiente suave y pregunté: ¿oigan, como se genera la luz? 

Por la electricidad, respondió Shamaim con boca llena. Bueno dije, la electricidad es la energía que se transforma a las ondas de luz, ¿pero como? Además, las luciérnagas no tienen pilas, las luces del norte tampoco y aun generan luz ¿verdad?

Ahora todos miraban arriba viendo los focos. Yo aproveché para llenar mi cuchara china con la deliciosa sopa y preguntar ¿quien recuerda como se llaman las piezas de lego del universo? Átomos, dijo Orlin. 

Exacto. Pues esos átomos como recuerdan están hechos de un núcleo macizo y electrones que giran alrededor.   Igual como las piezas de lego, existen los átomos grandes y los pequeños. Las grandes piezas de lego del universo tienen muchos electrones y un núcleo grande, mientras las piezas pequeñas llevan un núcleo sencillo y pocos electrones.

Debe ser extra ordinario poder ver un átomo por dentro. Imagínense! estoy explicando a mis hijos, intentando de medir que tanta paciencia van a tener para escuchar mis “tonterías” jajaja, entonces, si me pudiera parar sobre el núcleo del átomo, podría ver en su cielo los electrones pasando como lunas. Eso es espectacular porque pasan en capas. Dos en la primera capa, pasan como lunas cercanas, luego, poco mas lejos y poco mas pequeño por la distancia, pasan como ocho en la siguiente capa y luego otra capa y otras.

Mientras estas parado sobre el núcleo del átomo, de repente se siente una vibración fuerte, como un temblor. El átomo sufrió carga fuerte de energía. El golpe es tan fuerte que un electrón se brinco de su capa a la que sigue. La nueva capa esta habitada con muchos electrones, pero es fácil distinguir el electrón que brincó para allá. Se ve diferente. Todos los otros están tranquilos en su lugar, pero este loco no se para de vibrar. Su capa nueva no lo aguanta y lo vomita de regreso a su capa original. En todo el camino que nuestro electrón golpeado hace, de la capa superior hasta su casa hogar, brilla fuertemente. Tremenda luz sale de el, drenando la vibración del golpe de la energía que lo lanzó para arriba. Ahora, en su capa hogar se calma, relaja y ya no lo se puede distinguir de los otros porque todos, en silencio, mueven como lunas en su cielo.

Y eso es exacto lo que pasa dentro de un foco. Electricidad (energía en los electrones) pasa a un material que sus átomos tienen muchas capas. La energía lanza electrones para las capas superiores y cuando esos electrones regresan, liberan la energía en forma de luz.

Un momento de silencio. Mis hijos están mirándome, intentando de entenderme. Veo que tengo éxito al fin, entonces tiro otra piñata al aire.

Saben, estoy diciendo al silencio, si fue el átomo completo que se vibraba por la energía, el resultado sería el sonido, pero cuando las partículas que vibran están en el universo átomo interior, el resultado es luz.

Besos y a dormir, ya es tarde niños, y el trafico de la mesa se regreso a la normalidad. Fin de la cena.

Mi pareja subió con los tres y yo me quede con los gatos, perros y un caos total en la mesa. en este escenario, entendí, que nuestras almas son chispas de energía, si no están en sus capas, en su camino, se vibran como locos hasta que se brillan en luz fuerte, encontrando su camino y su espacio para vivir en paz.

Hasta la próxima semana mi queridos electronos, Yaron. 

bicicletas, perros y el secreto del vehículo

Hola mundo

Desde que regresé a usar la bicicleta, hace unos meses, me encontré con un enigma que apenas estoy empezando a entender.

Desde joven, la bicicleta fue como una extensión de mis piernas, rodaba con ella en todo Israel, en donde se podía y en donde no también. Hay mucha diferencia entre rodar bici en México o en Israel. creo que una de las diferencias mas grandes es por los perros.

En mi origen los perros tienen dueños, los dueños tienen responsabilidad y la responsabilidad tiene una ley que se aplica. Quiere decir que cuando andaba con bicicleta en las calles o en la naturaleza, no me encontraba con esta especia de animal como se encuentra aquí en México.

Vivo en Tepoztlán, que muchos la llaman Perrozltan. Si bajas de mi casa hasta el pueblo, tienes que manejar con cuidado para no atropellar perros, los que le gustan asolear sobre el asfalto. Perros bravos corren atrás de los coches y más las motos, ladrando con furia. En las noches es peligroso caminar en unas colonias por el terror de las bandas de perros que ya hubieron casos de ataques. Aquí es una costumbre caminar con palo o piedra en el mano para que no te muerdan.

Parte de este fenómeno es la culpa de los dueños de esos perros y parte es del gobierno que no regula y controla a los perros silvestres, pero también las víctimas tienen la culpa. Por ejemplo: el perro negro de mi vecino Roberto (es un nombre inventado, su verdadero nombre es José Luis) mordió la novia de mi otro vecino hace unas semanas. Ahora la chica tiene una herida y dos cicatrices. Una en su pierna y otra en su alma. Sin embargo, a pesar de que necesitó atención medica y a fuerza se levantó acta por lo que pasó, no se aplicó la ley. En Israel, Europa o estados unidos, caso como eso, y la victima puede vivir varios años sin trabajar por el dinero que recibiera como recompensa. Aquí, el negro del Roberto sigue suelto como un arma callejera porque nadie fue a demandar al dueño. Que interesante.

Perro bueno, gracias a la comunidad mexicana de esas maravillosas creaturas, descubrí un enigma que apenas estoy empezando a entender.

La mayoría de los perros que corren atrás de mi moto con todo el enojo del mundo, me ignoran totalmente cuando voy con la bicicleta. Me miran a los ojos, aburridos, y siguen con sus cosas. Al principio pensé que es porque con la moto no me reconocen. La vista no es el sentido mas fuerte del perro y yo en la moto, con botas, traje completo y casco, me veo mas como un animal extraño, lo que tienen que atacar.

Entonces inventé un experimento. Salí a una vuelta pequeña con mi moto, vestido solo con un short. Sin casco, sin guantes, nada. Casi desnudo ¿Y que creen? Los perros siguieron con su mal habito y no le importaban nada mi nueva moda.

Entonces pensé que quizá es por el ruido fuerte que genera el motor de la moto, lo que los vuelven locos. Al fin, el oído es el sentido mas fuerte del perro ¿verdad? Así que intente otro experimento. Salí con la moto de mi casa y bajé los siete kilómetros hasta el pueblo con el motor apagado. Volando en neutral, la moto se corta el aire en total silencio, igual como la bicicleta ¿y que creen? Tampoco hizo gran diferencia. Los perros corrieron atrás de mi, intentando de morderme como siempre.

Esta semana me toco llevar mi camioneta a Cuernavaca para cambiar los neumáticos y otras cositas. Se me ocurrió dejar la camioneta en el taller y regresar con la bicicleta. De regreso tomé la federal y lo que me paso en el camino fue extraordinario de verdad.

Salí del taller, crucé la autopista y pronto dejé Cuernavaca atrás de mi. Rodé solo unos minutos, hasta que de repente vi el primer perro en mi camino. Fue un perro macho, grande, un callejero con ascendente de pastor alemán mezclado con quien sabe que.  El perro estaba acostado en la grava, a pie de la carretera, cerca a los puestos de carnitas, chicharrón y otras delicias locales que huelen a vomito frito. Mis llantas pasaron medio metro frente de su nariz y yo, por curiosidad, mire en el retrovisor para ver su reacción. El perro se levanto, medio flojo, se estiro y cruzo la calle así al otro lado, allá se empezó a correr paralelo a mi. Ya no necesitaba mirar en el espejo porque el callejero se adelanto.

¿a donde va este perro? pensé y seguí en mi camino olvidándolo. Unos kilómetros mas y la carretera se empezó a inclinar, forzándome a bajar la velocidad. El paisaje se abrió de repente y en frente de mi, lejos, pude ver las montañas tan mágicas de Tepoztlán con los campos verdes manchados de arboles, que se deslizan a los lados hasta las casas que se empezaron a alejar atrás de mi. En eso, noté que el perro negro sigue en mi dirección. Lo noté porque se le ocurrió cruzar la calle de nuevo y a hora estaba acompañando me, pegado a mi bici, como si fuera mi perro de nacimiento. Eso si es raro, pensé.

Calculo que me acompañó casi diez kilómetros. En un punto se paró y desapareció. Por un segundo sentí una soledad, de esa que se siente cuanto se va un compañero. No pasaron ni cinco minutos de pedalear y como de la nada vi que atrás de mi, medio caminando medio corriendo, esta un perro mediano de color café. No pude notar si es macho o hembra ni su raza porque nunca me rebasó. Este cafecito me acompañó casi hasta la entrada de Tepoztlán e igual como el otro se desapareció.

Subiendo a mi casa, me encontré con otro perro café, un macho enorme y precioso. Lo conozco. El nunca falla, siempre corre enojado atrás de mi moto ladrando como loco. Esta vez, igual como los otros, empezó a compaña me en la subida. Y que subida. Son 4.5 km de subida fuerte. El perro estaba caminando y esperando me, mirando y oliendo mi sudor como quiere decir ándale, que lento eres viejo. 

andale viejo.

En los últimos 500 metros me dejó porque empezó a llover tan fuerte, que llegue a casa mojado hasta mis calzones. Que bueno que cargué el celular en mi cangurera impermeable de Givi.

En la regadera vi en mi imaginación el viaje de Cuernavaca a Tepoztlán. Los perros que me acompañaron, los otros que corrieron atrás coches y motos en el camino, los olores, paisajes y de repente lo entendí.

Lo que pasa es que los perros, cuando se ven un vehículo con humano, se hacen un promedio de entre los dos. Si la mayoría es humana, lo tratan como humano, pero si la maquina agarra mas volumen, se tratan al humano en su maquina como maquina. Así de simple. No es pregunta del ruido ni de aprecio.

Meditando, entendí que no solo los perros son así. Nosotros poseemos la misma habilidad aun sin conciencia. Nuestra alma esta de entro de un vehículo, el cuerpo. igual como los perros, cuando estamos conociendo otras personas, automáticamente estamos haciendo un promedio de entre el alma y el vehículo. Si el vehículo en el promedio es mas grande.

Nos hace ladrar.

Hasta la próxima, Yaron.

El ruso, el italiano, el francés y el poder de chi gong.

Hola mundo

Soy de esos hombres que siempre andan con la navaja victorinox. cientos de veces me ayudó a resolver problemas, desde abrir una botella de vino y hasta sacar las llaves de mi moto que se quedaron encerrados en la cajuela. Pero no siempre mi relación con la navaja fue tan romántica.

hace treinta años mas o menos saqué la navaja para cortar un cable que me molestó, de bajo de mi camioneta. Mi posición fue incomodo y use demasiada fuerza. De un jalón fuerte corté el cable y mi dedo índice también, como un centímetro de en donde se conecta con la palma. El corte fue tan profundo que la carne se abrió y pude ver el hueso de mi dedo, blanco y brillante.

Mi instinto fue tan rápido, que solté la navaja y logré cerrar la cortada con dos dedos sin que me saliera una gota de sangre. Así, agarrando mi dedo, pedí a mi pareja que me llevara al centro de salud mas cercano.

El enfermero me pidió que quitar mis dedos para revisar la cortada ¿tienes como coser? Le pregunté, es muy profunda, expliqué, mínimo 6 puntadas. El enfermero no me hizo caso. No se si fue por mi voz calmada ó simplemente porque fue una idiota, pero se acercó e insistió ver la cortada.

Solté mis dedos y en un segundo su cara y sus lentes se volvieron rojos por la sangre que salió de mi dedo como si fuera una manguera de presión. El idiota se limpio sus lentes y pude ver que estaba pálido. Tienes que ir a un hospital me dijo. Aquí no puedo atender esta herida. Casi lo maté con mi mirada. Me pasé otra hora, sangrando y adolorido, hasta que cocieron mi pobre dedo en el hospital.

Cuando la anestesia desapareció, noté que no siento mi dedo en absoluto. En el día siguiente fui con el doctor familiar. El doctor que me atendió desde chiquito con cada gripa o otra molestia que tuve. Entré a su consultorio, me senté en una silla negra de plástico en frente de el, le enseñé mi dedo y le expliqué que no la siento. El doctor, un ruso en sus cincuentas, fue una persona muy seria, en mi memoria, no puedo encontrar su rostro con una sonrisa. Sin embargo, al ver mi dedo se empezó a reír tanto que casi se cayo de la silla. 

La verdad, medio ofendí, ¿porque te ríes? Es que jaja jajaja, es que, mire, me dijo y me enseñó su dedo índice, de la misma mano. Corté mi dedo en el quirófano, igualitito como tu. Observé su dedo y pude notar la cicatriz. Es cierto. Se cortó su dedo igual como yo. Sabes, me dijo el ruso, yo corté mi dedo hace veinte años y hasta hoy día no lo siento. Al cortar el dedo en esa manera, se cortan los hilos de los nervios que pasan en este lado y es imposible que se regresan a conectar. 

Triste y confundido regrese a casa. En esa época hice unos trabajos de arte para un italiano que construyó su casa en un lugar precioso en el norte de Israel. Tenía que terminar unos detalles así que tempranito, en el siguiente día, llegué a su casa. ¿Qué te pasó en el dedo? Me preguntó el italiano y lo conté todo.

¿conoces el chií gong? Me preguntó. Mmmmm oí las palabras, pero la verdad no se nada sobre eso, admití. Te explico, me dijo mi cliente amigo italiano. Chií gong en el arte que desarrollo en china hace miles de años y su propósito es conectar, trabajar, usar y absorber la energía. El universo fue creado por la energía, algo que mucha gente lo llamas Dios. Esta energía está en todos lados. En los humanos, en los animales, en el reino vegetal, en los minerales y en el vacío. Te voy a enseñar un ejercicio para que la energía se va a fluir en tu dedo. Eso, se va a reconectar tus nervios y la vas a sentir de nuevo.

Atrás de su casa, en el jardín chino, me eseñó el ejercicio. Al hacerlo, inmediatamente sentí hormigueo en mi dedo y como pulsasiones de electricidad. Durante los días siguientes repetí el ejercicio varias veces al día y en una semana mi dedo revivió. Hoy día esta funcionando perfectamente bien, lo único que quedo es una cicatriz, igualito a lo del doctor ruso, que no tubo la oportunidad de conocer un maestro de chií gong.

unos de las cosas que hice en la casa del italiano
la cicatriz

Desde este evento me quede con la curiosidad y con el deseo de estudiar el arte de chií gong, pero no creen que es fácil. Hay pocos maestros de este arte en el mundo. En china están escondidos porque es prohibido practicar el arte. Mi italiano, que fue una persona con mucha facilidad económica, pasaba mas de un mes cada año en las montañas de china con su maestro para estudiar y practicar el arte. 

Recuerdo que tuvimos esta idea de poner en el desierto de Israel una escultura enorme, hecha de tubos, con la idea que el viento que pasa en el desierto se va a generar sonidos con la escultura. Fuimos juntos con su Land rover para buscar el lugar y yo tenia los dibujos para hacer lo. Antes de empezar con el proyecto, el italiano se fu por su mes y medio a ver a su maestro en china para practicar y estudiar. Cuando se regreso me dijo que el proyecto de la escultura musical se cancela porque su maestro lo prohibió con la explicación que un acto de esta magnitud en la naturaleza, se va a tener efecto sobre la energía del mundo, algo que está prohibido.

Últimamente me enteré que en Cuernavaca existe el instituto Daoista, que es una clínica y una escuela en donde el maestro, un francés, da clases y un diplomado en chií gong. Este francés, igual como mi italiano, es alumno directo de los grandes maestros chinos así que me inscribí y esta semana fui a tomar la primera clase.

Que decepción. Yo, que me quedé con el sabor de la humildad y la pureza del italiano, me encontré con un maestro informal, soberbio, hipócrita y con ego del tamaño de su enorme jardín. En mi vida conocí y fui alumno de varios grandes maestros. Este francés, sin duda es una persona con gran conocimiento, simpático, un genio, pero tristemente, su energía me rechazó.

Sigo en búsqueda.

Hasta la próxima, Yaron.

Un secreto linfático

Hola mundo.

En la carretera federal México Cuernavaca, poco después tres marías, existe un parque de 17 hectáreas. Los arboles en este parque son enormes y muchos de ellos están adornados con largos columpios. La inclinación de la tierra permite un espectáculo de diversión porque se puede volar lejos y alto con esos columpios. No es sorpresa que el nombre de este parque es “los columpios”.

En este parque juntamos varios miembros de la familia para festejar el cumpleaños de mi pareja aprovechando el día del niño. Abrimos una mesa grande para los quesos, vinos, el famoso pan y más delicatesen. Tío Ricardo me regalo un puro de la línea de su hermano y así, de entre comida, vino y un puro que no estoy acostumbrado, sentí que mejor si me acuesto poco en el pasto.

En el cielo se formó un corazón por las nubes, atrapado por las copas de los altos arboles. El verde intenso de los arboles con el azul cielo y el corazón blanco magnificaron el efecto que me llevo a la posición vertical. Sentí que ni puedo levantar mis brazos. 

Mirando arriba pensé, ¿como hacen esos arboles para llevar agua y nutrición hasta arriba? Según, el agua no sube sin ayuda ¿verdad? Yo, con mis músculos, no puedo levantar mi brazo ni un centímetro y este árbol en lado de mi esta subiendo agua y nutrición unos treinta metros arriba todo el tiempo, sin corazón para bombearlo y sin músculos. ¿Cómo es posible?

Las plantas aprovechan un fenómeno físico que se llama tubos capilares. Si mete un tubo suficiente delgado en agua, como popote, el agua se va a empezar a subir en el tubo. Eso se pasa por la presión atmosférica de un lado y la estructura de la molécula del agua del otro lado. Este fascinante fenomeno, mezclada con válvulas de un sentido en el camino, permite a las plantas subir el agua hasta la ultima hoja sin ningún mecanismo adicional. Impresionante, estoy pensando.

Este sistema que mantiene el reino vegetal es tan exitoso, que fue adoptada en el reino animal, conocida como el sistema linfático. El liquido transparente que sale de las heridas en el proceso de curación, es el liquido linfático que mueve en tubos capilares en nuestro cuerpo exacto en la misma manera como el agua sube en las plantas. Bueno, casi exacto. En nuestro sistema linfático existen dos tubos que son mas anchos y no cumplen las leyes de física capilar. En esos tubos mayores el liquido se mueve gracias al ayuda de músculos especiales. 

Nuestro cuerpo usa este sistema para el metabolismo de entre las células, para conectar las glándulas, como vehículo para el sistema inmunológico y para otras cosas que los médicos todavía no han descubierto. por ser dependiente de un fenómeno físico, es un sistema muy sensible. Cualquier cambio en los parámetros baja su eficiencia.

Las medicinas, el azúcar, el alcohol y lo que estamos respirando tienen efecto directo sobre nuestro sistema linfático. Cuando no funciona bien el cuerpo se hincha, se enferma con facilidad y la persona se siente débiesl. Igual como yo ahora en el pasto.

De repente se me ocurrió moler los quesos con dos botellas de vino y un puro. Echar la mezcla en rededor del árbol para ver si se va a acostar en lado de mi jajaja.

Cuidan tus tubos capilares, hasta la próxima, Yaron.