El secreto del silencio

Hola mundo.

“Un momento” me dijo el señor antes que se acostó para tomar la terapia y se saco de sus oídos dos aparatos pequeños. Ciento cuarenta mil pesos me costaron esas cositas siguió contando me, medio enojado por el gasto y medio feliz por lo mismo. En los siguientes minutos, hablamos de la diferencia del precios y calidad de los aparaos para aumentar el poder de oír y juntos llegamos a la conclusión, que sin duda, esos aparatos los que se acaba de comprar, aun son los mas caros por ser la gama alta, valen cada peso gracias a su superior y fina calidad. 

Termine mi día de trabajo mas o menos dos horas después del sol. Estuve cansado. Puse mi traje contra el frío encima de mi chamara y antes de poner mi pasamontaña, empuje a mis oídos dos tapones para proteger los del sonido alto que se genera el viento cuando se acaricia mi casco mientras el ultimo corta el aire al dos, en una velocidad ilegal en la autopista.

Los tapones están hechos de espuma con cera. Tienes que aplastar los con dos dedos y se vuelven muy delgados. Como uno palito. Gracia a la cera, se quedan en esa forma por unos segundos. Así se meten fácil al oído, en donde poco a poco se regresan a su tamaño original, bloqueando unos 30 decibeles.

Es una sensación rica. Me gusta como se siente que poco a poco dejas de oír el mundo (no lo tomas personalmente), pero esta ves me quede pensando en el tema todo mi camino de regreso.  

Es que toda mi vida fui sensible y consiente a la salud de mis oídos y siempre tomé las medidas para proteger los. En el ejercito, mi trabajo fue en ambiente con alto nivel de ruido. Recuerdo que usaba tapones y encima los protectores de sonido. En las fiestas y las bodas, siempre tomaba distancia de las bocinas y si la música estaba en un nivel demasiado fuerte, simplemente abandone el lugar. En mi taller, manejando la moto o en cualquier otro logar con sonido fuerte, me protege.

Sin embargo, antes, al poner los tapones en mis oídos, no tenia esta sensación de que me vuelvo sordo. Pude poner los tapones con los protectores de oído encima y todavía oír bastante bien. Hoy, pongo los tapone y no oigo casi nada. Si, es una sensación rica, pero me preocupe. Yo no tengo 140 mil pesos para gastar en aparatos para aumentar el poder de oír y si sigo así, sin duda los voy a necesita un día.

Antes de instalarme en México, hace unos 17 años, fui a visitar a mi tío Mike que vive dos horas lejos de Montreal Canadá. Mike vive en su pequeño terreno que mide 786 hectáreas. Del balcón de su casa se puede ver uno de sus dos lagos de agua cristales que se congelan totalmente por 4 meses cada año. Arboles de maple intentan de tocar el cielo, arbustos de moras y fresas pintan los lados de los caminos con sus rojas y moradas frutas, venados andan libres sin miedo. En total, un lugar diseñado para las vacaciones de los ángeles y su jefe. Pero lo mas impresionante en este lugar es el silencio.

paseando
silencio
silencio
mas silencio

En mi primera mañana con Mike, desperté con un zumbido en mis oídos. Al principio no lo hice caso, pero después unos días casi se me volvió loco. Este zumbido constante, como si tu cabeza fuera un panal lleno de abejas trabajadoras, es algo muy, pero muy molesta.

Mike se rió. Así es me dijo. Aquí el silencio es absoluto entonces tu cerebro, que esta acostumbrado a una estimulación constante de tus oídos, tiene que ajustar y eso se cuesta tiempo. Mientras que se ajusta sus parámetros, vas a oír este zumbido. ¿y cuanto tiempo pasa hasta que mi cerebro se ajustara? Lo pregunté. Tres meses mas o menos me respondió. Yo, me dijo Mike, que ya estoy acostumbrado al silencio, tengo que usar los tapones de oído cuando voy al pueblo porque el nivel de sonido en donde esta la civilización es demasiado fuerte para mi. Sin tapones se duele.

No me quede tres meses para ver si es verdad, pero si se me hizo entender que estamos viviendo en un ambiente ruidosos constantemente. Cuando te acuestas a dormir en tu cama y crees que hay silencio, eso no es verdad. Simplemente estamos acostumbrados a vivir en un ruido constante, lo que estamos llamando silencio, y este ruido nos hace daño.

Cuando un ciudadano llega a edad mayor, el daño acumulado es irreversible. ¿Qué podemos hacer al respecto? No estoy seguro, pero voy hacer un experimento. Voy a empezar usar los tapones de oído lo mas tiempo posible, en el día y en la noche, para dar a mi oído tiempo para “descansar”. Seria interesante ver si este órgano tiene el poder de recuperar mientras no esta tan dañado.

Haré el experimento por seis meses y los voy a reportar. Hasta la próxima, Yaron.