Mongolia

Hola mundo

El miércoles, cómo siempre, llevé a mi hija a su clase de costura con Dailir. Dailir es una diseñadora de moda. Tiene su tienda en el centro de Tepoztlán. Llena con piezas únicas, preciosas por mi gusto y bueno, muchas cosas más.

“¿en donde anda tu marido?” la pregunté, dejando mi hija en su taller. “creo que está echando un cigarrito ahí atrás” me contestó y si, atrás de su casa, en un sillón, conectado a sus airpods y con un cigarrito, lo  encontré.

Yves se llama. Es un joyero artesanal de la gama alta. Sus piezas, los que se fabrica sobre pedido normalmente, son de verdad un espectáculo. Qué bonito es ver una pareja tan compatible cómo esos dos. Yves y yo no somos grandes amigos. Tengo 17 años en Tepoztlan y quizás dos horas de convivencia con Yves en total, quizás. Pero si tenemos algo que nos permite comunicar en un nivel fuera del tiempo. Algo en nuestra esencia lo permite.

Entonces, estaba sentado a su lado, echando otros minutos de convivencia para la estadística y lo pregunté lo del obvio: “¿qué tal, que hay de nuevo?” e Yves me contó, que hace poco se regresó de Mongolia, y así, hablamos de su experiencia.  En un momento lo pregunté: ¿y que se comen allá, en Mongolia?

Yves pensó unos segundos y me contestó. Mongolia es una tierra enorme. Algo en el tamaño de México mas o menos, solo que con muy poca población. La gente vive del ganado y es lo que comen. Carne y lactosas. La comida es muy aburrida. Se ponen a hervir la carne y así lo comen.  Siempre. Nunca jamás se comen verduras ni una fruta en su vida. Puro carne y lactosas. La gente tiene un promedio de vida decente y se enviejasen fuertes y sanos.

En mi camino a casa pensé, que locura. A nosotros nos enseñan que tenemos que comer de los cinco colores de los vegetales diario. Una fruta o más diario. Si no comes pescado, entonces toma tu pastilla de omega 3 y 6. Espérame, que no se te olvide el zinc, magnesio, vitamina D3, y un momento, que la vitamina C y un montón de cosas más ¿verdad?.

Aaaa y que los lactosas no son sanos, ni hablar de la carne de res. Además, nada es Kosher que D-os nos cuida.

Mongolia es la prueba, que la comida sana para uno, es el alimento que usaban  sus padres y sus ancestros. Todo lo demás es una mercadotecnia para vender, vender y vender.

¿Quieres ser sano? No te complicas. Come lo que se consumieron tus ancestros. Todo lo nuevo, para ti es veneno.

Hasta la próxima. yaron