Hola mundo.
Hace unos meses, limpiando la zona de mi taller, encontré bajo cajas de cartón llenas de cosas, la pecera. Sucia por los nueve años de abandono, pero intacta. La construí hace casi quince años. Fue el regalo del segundo cumpleaños de mi hijo Shamaim.
En esa época, tuve mucho tiempo libre y poco dinero en mi bolsa, así que pregunté, en donde puedo comprar económicamente, peces y todos los accesorios para una pecera. Me enteré que existe una colonia pastoral y preciosa en la ciudad, con un mercado enorme, dedicado especial a ese tema. La colonia Tepito.
Un camión, dos metros y estoy en Tepito. De la salida del metro y hasta el mercado, no es lejos. Sin embargo, sentí que todo el mundo me miraba, por un razón extraño. Quizá por guapo, porque hasta alguien grito “huero” o algo similar. Encontré un local bastante surtido. Compré unos 15 peces, adornos para la pecera, el calentador sumergible y más. No sabía que tamaño de filtro elegir y pregunté el vendedor para que me ayuda. “déjame llamar a mi padre” respondió el joven que me atendió. Unos minutos después, llegó una persona de edad mayor con barba chistosa y ojos profundas. Empezó a investigar me. Que tamaño es la pecera, en donde vivo, cuantas peces quiero tener, pega el sol o no. Al final, enseño con su dedo delgado a un filtro algo grande.
El viejito fue muy sabio. En un segundo notó que estoy pensando del precio y antes que saqué ni una palabra de mi boca, me invitó a la parte escondido de su tienda, sacó una botella de mezcal, sirvió dos vasos generosos, tomó un traguito mientras me pasó el otro y me dijo:
Mira huero. Tu acuario contiene vida. Por lo tanto, genera toxinas en una cantidad X cada día. Si tu filtro no va a tener la capacidad de sacar esas toxinas del agua, van a empezar acumular en los cuerpecitos de tus peces. Depende de la cantidad de las toxinas, así van a empezar a desarrollar las enfermedades y no crees que todos tus peces van a sufrir de lo mismo. Un pez va a empezar a hundir en el agua, pero no es porque se olvidó a nadar. Otro puede perder los colores bonitos de su piel, pero no crees que hay que llevar lo con un dermatólogo. Otro puede tener un tumor raro y feo. Al fin. Tus peces van a morir por una causa. Filtro pequeño – toxinas en el agua. Todo lo que vas a ver, son solo síntomas de eso.
En un golpe terminé mi bebida y compré el filtro.
En el camión, en mi camino de regreso, cerré mis ojos para descansar. Vi en mi imaginación los ojos profundos del viejito mirando me y sentí que ahí, con el mezcal o quien sabe lo que fue esa bebida, entendí, que somos cómo esa pecera. Tenemos en el cuerpo sistemas de filtración. Nuestras células son cómo los peces y todas las enfermedades al fin son solo síntomas de la misma cosa. Toxinas que acumulan y generan daño.
Durante años pensé cómo muchos, que tenemos que comer sano para tener buena salud. Últimamente, escuchando El gran Yuval Hacohen Ashrov, las cosas me conectan y entiendo que eso no es cierto. No existe comida sana, solo comida necesaria. Todo es toxico. Respirar aire de montañas, tomar agua de un manantial puro o comer comida fresca y orgánica. Todo generar toxinas. La salud y la sanación no llegan de afuera. Ni hablar de las malditas medicinas.
La prueba es muy simple. Un ayuno de tres días tiene beneficio increíble sobre la salud. ¿Pero cómo puede ser? ¿si en esos día no estas comiendo nada? Hay algo que nos sana, que nos mejora y no es comida. La comida es necesaria para vivir pero no nos cura, al contrario. Genera toxinas.
Hay muchas palabras para esa fuerza que nos cura, cuando el cuerpo sale del equilibrio por no cumplir las leyes de las naturales. Unos dicen Dios, otros lo llaman energía, naturales y más. Personalmente, me gusta la palabra chií, simplemente porque es corta. Significa la energía vital en el universo. Esta del entro de cada cosa. En minerales, en el vegetal, en los animales en la humanidad y también en una forma libre en el espacio.
Cuando el estómago está lleno con comida. La mayoría del chií está enfocado en la digestión. Una persona que su estómago funciona todo el tiempo, no va a tener chií para procesos de curación. En el siguiente post voy a explicar exacto cómo vivir con chií libre. Hoy quiero enfocar en los 8 grupos de alimentos. Desde el 1 – alimento menos dañino y hasta el 7, lo que mejor no comer.
- Las frutas. El único alimento que existe en el jardín del paraíso. Pasa nuestro sistema digestivo de volada y lo limpia cómo si fuera una escoba. Casi no usa el chií. Nos da energía fácil y todo lo necesario para vivir. Sin embargo, no recomiendo vivir solo comiendo frutas, porque no tenemos el acceso a toda variedad necesaria y no tenemos hoy día la sabiduría de cómo mezclar las frutas. Aun, es muy recomendable de repente, desayunar o cenar solo frutas. En ese caso, elige una fruta y de esa, come lo que se te antoja. No mencioné la palabra “comida” porque para mí, no existe. Consumir dos veces al día ya es mucho. (para adultos)
- Las verduras, tuberculos y los germinados crudos. Este grupo necesita una digestión más seria y requiere nuestro chií por dos horas normalmente. Nos da todo lo que necesitamos para vivir y un regalito. Tiene las famosas fibras. imagínate que en la cena, un vaso de agua se cayó en la mesa. Inmediatamente pones una servilleta encima, lo que absorba el líquido. Así igual funcionan las fibras en el estómago. Chupan las toxinas y el material que el cuerpo no lo quiere. Muchas veces me dicen: si como col, me infla como si fuera embarazada. A veces la razón es, porque el intestino está lleno de material mal invitado y las fibras lo absorban.
- El segundo grupo cocido ligeramente. Ligeramente, quiere decir que no se pierde su color original. Una vez que el verde vivo del brócoli vuelve a un verde pastel, ya no es ligeramente. Este grupo necesito un digestión más corto y en eso ganas chií. Sin embargo contiene menos componentes. No se puede vivir solo con este grupo. Además, adiós el regalito. Una vez cocido, aun ligero, las fibras no funcionan.
Creo que es suficiente información por este post. Ya está muy largo. Seguimos en la próxima. Yaron.