El secreto de los atajos

Hola mundo.

Cómo terapeuta, muchas veces puedo notar un fenómeno interesante en el cuerpo humano y más en los últimos años. Lo que pasa es que vivir no es sano cómo siempre digo. La mejor evidencia es que no importa lo sano que vas a alimentar tu cuerpo, ni que buen aire vas a respirar o cuantos árboles vas a abrazar, al final te vas a morir.

Pero bueno, hasta ese día que sea hasta los 120 años, el cuerpo tiene que confrontar las toxinas que genera el organismo en el proceso de vivir. Por lo tanto tiene sistemas adecuados para todo lo necesario. Sin embargo somos humanos y estamos consumiendo más de lo que nuestro cuerpo necesita, ni hablar de cosas terriblemente tóxicas cómo el azúcar refinado, comida procesada y más. Muchos respiran químicos dañinos por vivir en ciudades contaminadas y otros envenenan su propio cuerpo a propósito fumando, aún pueden ver las fotos en las cajas, las que enseñan lo mal que le está haciendo. Sé que es difícil para ti creerme pero te lo juro, es verdad, lo he visto con mis propios ojos.

Toda esta basura genera una carga adicional sobre los sistemas del cuerpo, que no están hechas para tratar esta cantidad de toxinas. Por lo tanto el cuerpo empieza a acumular esos agentes en los tejidos del cuerpo. Intenta de canalizarlos a la grasa pero obviamente parte queda en los órganos, generando daño que se acumula con el tiempo. Una razón por tantas enfermedades.

Sin embargo, hay personas que su cuerpo inventa una nueva manera de manejar el acceso de toxinas y es el fenómeno que mencioné al principio. A veces el cuerpo encuentra un atajo y en lugar de sacar las toxinas vía la orina y las heces, las manda con el sudor a la piel. Por ejemplo, las toxinas que llegan del aire contaminado hay quienes las canalizan a la piel de los cachetes y andan con la cara roja. Toxinas del hígado pueden encontrar su camino a los ojos. En muchos, su cuerpo genera capsulas de grasa para intoxicarlas en lugar de tener a los órganos con esas toxinas. La “alergias” cómo dicen los Doctores son buen ejemplo también. Existen otros tipos de atajos geniales que inventa el cuerpo humano en una manera original y admirable.

Una vez que el cuerpo encontró un atajo es casi imposible hacerlo olvidar. De este momento en adelante, también si no está en un situación de exceso de toxinas, su cuerpo va a seguir usando el atajo cómo manera normal para sacar ese tipo de toxina. Cuando el cuerpo se adapta a su invención, lo registra cómo la norma correcta aún es muy incómodo para su dueño por cómo se ve, por la comezón que se genera y otros efectos secundarios, los que pueden ser muy molestos.

Este fenómeno me llamó la atención porque últimamente lo puedo ver en una manera nueva. Lo que pasa es que el cuerpo es el reflejo del alma y está escrito que cada órgano y cada parte en nuestro cuerpo tiene su parte correspondiente en el alma. E igual cómo el cuerpo se llena físicamente de toxinas por comer y respirar mal, así lo mismo el alma se llena de toxinas energéticas por exceso de estrés y por vivir en desintonía con el universo.

Cuando el humano vive cómo D-os manda, el cuerpo saca las toxinas en el escusado mientras el alma lo hace con los sueños. Cuando el cuerpo no logra manejar la cantidad de toxinas las acumula en los tejidos ¿en donde el alma lo almacena? Eso no lo podemos ver, lo que si podemos ver son los atajos que encuentra el alma para sacar toxinas energéticas, igual cómo lo hace el cuerpo.

Cuando vez una persona que vomita su enojo o su frustración contra las personas a su alrededor, estás viendo un tipo de atajo. Igual cómo con el cuerpo, es muy difícil por uno mismo cambiar sus atajos energéticos del alma, los que dañan sus queridos, amigos y a si mismo.

Pero se puede.

Hasta la próxima, Yaron.