Hola mundo
Justo en frente de la casa de mi infancia, estrechaba un campo grande de cítricos por varios kilómetros. Naranjas para ser preciso. Más allá de los árboles, cruzando la carretera, estaba la cancha de futbol oficial de mi pueblo. Pude ver todo este paisaje de mi ventana, porque vivimos en el piso quinto del último edificio blanco sin elevador, justo en donde empezó el bosque anaranjado.
Cada sábado, pude escucha los gritos y los cláxones de los grupos de seguidores, mientras los jugadores corrieron atrás una pelota en la cancha, intentando de meter la en un portón que no lleva a ningún lugar y aun, tenía un hombre que lo guardo con toda su alma. Recuerdo que una vez fuí con un amigo para ver una jugada. No estoy seguro cómo paso eso. Lo que si estoy seguro, es que no puedo entender, cómo es que una persona comiendo papitas y tomando coca, está gritando “ganamos” cómo loco y hasta puede matar a su amigo, en caso que el ultimo grita lo mismo, pero con el grupo equivocado.
Ese tema fue la última plática que tuve con mi amiga antes que me fui a dormir. Pero parece que un ángel estuvo de metiche escuchando nos, porque en el día siguiente me paso algo extraordinario, lo que me dio un iluminación. De repente entendí el porqué.
En la mañana del día siguiente, abrí el mat de yoga en la casa del José, esperando lo. El llegó con su teléfono, bien clavado a un partido importante de tenis. Me di cuenta, que curiosamente, estaba vestido cómo un jugador de tenis, hasta la gorra. El acostó sobre el mat de yoga, casi sin saludarme, y toda la hora de la terapia estaba viviendo el partido desde la ventana digital, 20 centímetros de sus ojos.
Esta combinación del José metido en el partido y yo metido en la terapia, me permitió sentir y entender el fenómeno en una manera nueva. Si, conozco las teorías de la psicología, pero siempre me falto algo. A hora, gracias a un ángel metiche, tengo mi propia humilde teoría, lo cual voy a compartir contigo mi querido mundo.
Hay una frase antigua que dice: “quien salvas un alma, cómo salvó un mundo completo”. Cada persona es un mundo completo, totalmente diferente del otro. El alma, al nacer, elige el cuerpo y los padres que necesita para pasar su vida en la tierra y poder realizar su propia tarea. Nadie puede juzgar, entender o meter en vida del otro. Cada uno es cómo un círculo completo. Lo máximo que podemos llegar, es tocar un círculo con el otro. Cualquier intento de “acercar” más, termina con círculo encima del otro. Lo que es el control.
De eso sale, que el alma está sola en toda su camino en esa vida. Algo que no es fácil ni natural, porque el alma llega de la luz, en donde todo es uno. La manifestación en esta dimensión es totalmente opuesta a su esencia.
Es por eso que tanto nos gusta leer un libro o ir al cine para ver una película. En estos momentos, cuando estamos viviendo una fantasía de una película por ejemplo, estamos saliendo de nuestro mundo. De repente el alma siente libre de su círculo y su propio mundo no existe por una hora o dos.
Pero hay un nivel todavía más alto en sentir libertad para el alma. En rededor de la cancha de futbol o tenis, están muchas almas saliendo de sus mundos en el mismo tiempo, generando un círculo nuevo. Una experiencia social para un grupo de almas, que los hace recordar de en donde llegaron. Un lugar que todos son uno.
Y por eso le dan tanto placer, hasta estar dispuestos de matar por tenerlo. Increíble ¿verdad?
Ojala lo voy a poder sentir también un día.
Hasta la próxima, Yaron.