Hola mundo
Hace mucho mucho tiempo (5875 años), el gran creador decidió manifestar este mundo. Su criatura gloriosa fue y todavía es, el humano. Al principio, D-os tenía esta costumbre de hablar directo con sus seres favoritos. Hablar no es la palabra exacta.
Cuando una persona piensa, este pensamiento es algo que no existía antes. Fue creado de repente y es totalmente abstracto. El pensamiento activa el cerebro. Mueve los neuronas. Pero de en donde llegó o que fue antes de la actividad cerebral, la ciencia no lo puede explicar, ni intenta.
Este pensamiento es algo privado. Solo su dueño lo sabe. Para compartirlo con otra persona, pasa un milagro, lo que estamos tanto acostumbrados, que ya lo estamos tomando cómo algo obvio y normal. Estamos moviendo este pensamiento abstracto, lo que no es materia, al mundo material con nuestra habilidad de hablar. Las ondas de sonido pasan en el aire y pegan el oído de la otra persona. Su oído convierte la energía del sonido a pulses eléctricos, lo que pasan a su cerebro y allá, el cerebro forma un pensamiento similar al pensamiento original. Impresionante.
Anyway, Dios no habla. En tal época, cuando todavía tenía paciencia a sus criaturas favoritas, su forma de comunicar fue generar el pensamiento directo en el cerebro de la persona adecuada. Para la persona, se sentía cómo si alguien fuera hablando en su cerebro y es por eso que usé la palabra “hablar”. Esta comunicación divino de entre el creador y un humano se llama profecía. La palabra profecía en hebreo, explica todo lo que escribí hasta a hora con cuatro letras – (נביא).
Parece que Di-s le gustó mucho hablar con nosotros. Esta escrito, que en los primeros 2000 años, fueron más de un millón y doscientos mil profetas, solo del pueblo judío. La profecía no fue limitada solo por los judíos. Fue algo bastante común. Así que prácticamente fueron millones de personas que tuvieron este lujo de escuchar a D-is. Sin embargo, cuando el humano perdió su nivel espiritual, perdió también este tubo de comunicación. Es cómo si mañana el aire será tan contaminado, que la señal no va a lograr penetrar, y por lo tanto, los celulares van a parar de funcionar. Algo así fue.
Pero la comunicación con el creador no desapareció totalmente. Todavía existen dos niveles que están activos. Uno se llama “hija de vos” y el otro, poco menos potente, se llama “the holy spírit” si, el mismo espíritu sagrada que según los cristianos fue el novio de Maria. Nunca entendí cómo un tubo de comunicación puede embarazar una mujer. Lo que mueve en este tubo es información no espermatozoide.
El ultimo nivel, lo que es mas débil, es lo que estamos llamando la intuición fenomenal. Cuando sientes que algo va a pasar y luego pasa o cuando entiendes la solución de una problema sin explicación lógico.
Esas dos mangueras delgadas de comunicación, es lo que quedó de entere nuestro mundo físico y los cielos, el mundo espiritual. Pero existe otra manguerita delgada. Las cartas del Tarot. Este tipo de comunicación con el otro lado es diferente de la profecía o los otros dos, en sentido de que es una manera activa para comunicar. Quiero decir, que mientras en los otros casos, el humano es pasivo, de repente lo llaman. Con las cartas es el humano que levanta su celular para llamar a Di-s y. Por lo tanto, es tan peligroso. Imagínate que lo estás despertando y está en mal humor. Será tu fin sin duda.
Soy Cartoman. Leo las cartas del Tarot con mucho cuidado y no por negocio. Cada año, en lugar de una persona, pongo enfrente de mi algo de tierra, unas piedras y abro este canal para ver si en el otro lado hay deseo de compartir información útil para nosotros, los humildes humanos.
Lo hice hace una hora y todavía estoy mirando las cartas. Veo que estas muy preocupado. En nivel que necesitas una ayuda profesional. Veo tu rechazo al amor. Tu fertilidad. ¿Y sabes qué? Curiosamente veo que todo estará bien, aun vas a necesitar esperar unos meses para creerme. Solo una cosa pellizca mi corazón. El dolor y sufrimiento de las mujeres. No entiendo porque tienen que salir tan lastimadas ultimamente.
Pero bueno, tampoco entiendo mucho.
Hasta la próxima, Yaron