Hacer tiempo, publiqué un post importante; el secreto del dolor. Fue sobre el dolor del cuerpo. Que significa y como tenemos que confrontarlo.
Hoy quiero hablar sobre otro dolor. El dolor del alma. Este dolor que te hace un remolino en tus tripas cuando descubre que tú pareja y tu comparten diferentes valores, o cuando regreses a casa y vez que fue invadido con ladrones. Este agujero negro sin fin, justo en tu segundo chakra, cuando tú proyecto de vida se pierde sentido, cuando sientes fracasado porque tu socio o socia te manipuló con mentiras durante muchos años.
Quiero escribir el secreto, como entender y confrontar este dolor, lo que te hace llorar en las noches y levantar con ojos apagados. Que te deprime porque entiendes que pendejo fuiste durante años.
Pero no lo puedo escribir todavía. Estoy justo en este proceso.
Por lo tanto, voy a suspender el blog hasta mi sanación. Los pido perdón.
Hoy día, todos tenemos celulares inteligentes. La persona más humilde, posee un teléfono que un rico moría por tener hace solo unos años. Como todos, yo también tengo uno, con un plan bastante viejo. Pago doscientos y cacho pesos al mes por solo dos gb y redes sociales ilimitadas. Así de viejo es mi plan que nunca lo renové.
Hace un mes me pasó terrible accidente con mi viejo plan. Estuve bajando una película de 4.5gb mientras el celular estaba conectado al modem. En un momento de distracción Salí de la casa. El programa empezó a usar los datos del plan y claro, en una hora lo drenó. No solo que se acabaron mis pocos datos, fue el día de la renovación mensual, así que me quede sin datos por todo el mes que sigue.
Parece que en At&t, están acostumbrados a esos tipos de accidentes porque instantáneamente subió un popup que me ofreció comprar más datos. Yo, todo apenado por mi tontería, empecé a obedecer las instrucciones de una inteligencia artificial. Elegí la opción de cien pesos, pero un mili segundo antes de tocar el botón “comprar”, algo de mi lado rebelde congeló el dedo.
A ver, pensé. Si las redes sociales siguen funcionando sin datos ¿porque tengo que comprarlos? Además, en casa y en muchos lugares (hasta en los parques y calles) se puede conectar al modem o a un ruter. En una de esas ocasiones, bajé los mapas sin conexión en google maps, así que a hora pude navegar sin datos y pensé, a ver si puedo pasar el mes sin comprar el servicio que me ofrecen.
En At&t no le gusta cuando un usuario se vuelve “smartass”. Lo primero que descubrí es que sí, es verdad que las redes sociales siguen funcionando pero no funcionan en una manera completa. Puedes mandar mensajes en whatsupp, incluso archivos de fotos y videos, pero no puedes realizar llamadas ni contestar una. Aun, decidí ser valiente y seguir con mi experimento. La primera semana pasó excelente. No me faltó nada. Tampoco en la segunda semana. Pero en la tercera semana descubrí la segunda cosa. Derepente y sin aviso, las ilimitadas redes sociales se pararon de funcionar. Así de la nada, por unas horas. Tenía que conectarme a un modem para mandar y recibir mensajes. Eso sí me molesto pero como me quedó solo una semana hasta que mi plan tenía que renovar de nuevo, apreté mis dientes y seguí necio con mi guerra.
Un día antes que declare mi pequeña victoria sobre la sistema, me mando la señora Karla, una representante de At&t, mensaje largo y amable. La señora Karla me conto que mi plan es muy viejo y que por solo 150 pesitos más, puedo tener plan de 7Gb y un celular nuevo de la lista ajustada. Claro, tengo que comprometer por 36 meses. Nos vamos a casar por tres años, me dijo la señora y ni la conozco.
Le respondí, que si por 150 pesos menos, puedo tener un plan sin datos, solo con redes sociales ilimitadas, y que estoy dispuesto de pagar 20 pesos adicionales cada mes para que me abran la opción de realizar llamadas vía whatsupp. Además la escribí que tal si seguiremos amigovios, sin casarnos? La señora Karla nunca me respondió, que raro.
En el día siguiente, mi teléfono se regresó a la normalidad, pero yo no. De repente entendí que tanto estamos acostumbrados de consumir. Caminando en la plaza, vi tiendas que están llenas de miles de artículos que nadie necesita. Comerciales que cuestan millones de dólares para construir y mantener gracias a productos encajados que estamos consumiendo sin necesidad.
La vida es muy simple. Comer sano es económico y te ahorra comprar seguros médicos que cuestan una fortuna por ejemplo. La mayoría de nuestro consumo es innecesario. Nos hace trabar duro, dormir poco y estar preocupados.
La vida es simple, somos nosotros que la complicamos.
Todos conocemos mínimo una persona que sufre o sufrió de la enfermedad del cáncer. Yo, por mi trabajo, no puedo recordar la cantidad de personas que conocí con esta enfermedad tan fuerte e inexplicable.
Digo inexplicable, porque no es una enfermedad que causa por un virus o bacteria. De hecho, no estoy seguro si es enfermedad. El cuerpo, que es un mecanismo perfecto, que funciona en armonía, de repente sale de control. Unas células se empiezan a multiplicar sin orden, expanden con metástasis a otros lugares del cuerpo como si fueron un ejército con la misión secreta para destruir el cuerpo.
Cáncer de cerebro, cáncer de mama, de páncreas, colon, piel, glándulas. Canceres de todos tipos atacan personas de toda la gama de edad y salud. Cuando una persona fuma dos cajetas de cigarros al día y se enferma de cáncer de pulmón, todos dicen aaaahhhh claro, es por el cigarro. ¿Pero que decimos cuando un joven de 24 años, que en su vida alimentó de comida sana, nunca fumaba y aun se enferma de cáncer en sus glándulas?
Es verdad que existen casos de personas que sufren de cáncer sin “razón”. Casos de niños con cáncer o jóvenes, hasta adultos que pasan vida sana. Sin embargo, la mayoría de los casos son por exponer el cuerpo a los químicos cancerosos y radiación que modifican las células y los convierten a células asesinos.
Por mi sorpresa, mucha gente no está consciente del peligro que está en su comida diaria o sus aparatos electrónicos. Así que decidí poner la información en una manera concertada, como una guía, para que no vayamos a pisar minas peligrosas:
La tartazina (amarillo 5 y 6). En general, todos los colorantes “comestibles” son dañinos para la salud. La mayoría, su origen es el petróleo, otros son extractos de bichos o simplemente inventos en un laboratorio. Pero la tartazina es un colorante, que sabemos claramente gracias a estudios científicos, que es un químico canceroso. Consumir este colorante en una manera cotidiana es garantía de cáncer y está en muchos productos alimenticios como helados, consomé, cereales y más. Leen los ingredientes para evitarlo.
Los encurtidos y comida de lata. Consumir productos de este grupo varias veces al mes, como el jamón, salchichas, chorizo y más, es una buena manera de tener cáncer de colon, igual como el cigarro para los pulmones.
El azúcar refinada. Es el alimento de las células de cáncer. Eviten lo.
Productos de belleza. Los desodorantes, pintura para el pelo y cremas para la piel, contienen químicos con muchas letras en sus nombres que nadie puede leer. Los desodorantes se pone diario exacto encima de las glándulas, sobre piel recién rasurada. Claro que el cáncer de mama está en moda. La regla con los productos de cosmética es muy simple – solo natural.
Bloqueador de sol. El bloqueador de sol evita que la piel quema por los rayos ultra violeta. Gracias a eso, la gente pueden quedar en el sol mucho más tiempo. El resultado es un tipo de barbacoa de nuestra propia epidermis. ¿Qué piensas exacto las personas que se ponen a cocinar su propio piel por horas bajo del sol? Quemar por estar demasiado tiempo en el sol es un mecanismo de defensa, no una falla que hay que corregir con bloqueador.
Celulares y audífonos de bluetooth. Los estudios enseñan que la radiación de esos aparatos no es dañino para las células. Es verdad, pero no es toda la verdad. El cerebro tiene una circulación de sangre distinto del cuerpo. Tiene un sistema especial de filtro que evita entrada de toxina que gira en nuestras venas. La radiación no daña las células pero si afecta el funcionamiento del sistema delicado de filtración y permite que nuestro cerebro se envenena, resulta con cáncer de cerebro. No acercan el celular a tu cabeza. Limiten el uso de los audífonos de bluetooth y si los usan, caminan descalzos sobre tierra por lo mínimo media hora por día.
El aire. El aire de la ciudad es toxica. Es algo que uno no puede cambiar. Hoy existen filtros de aire que se puede poner en el cuarto de dormir. Esos filtros, al mínimo nos dan unos 6-8 horas de aire decente mientras estamos dormidos y permite que el cuerpo se limpia.
Esta lista básica es fácil de cumplir y en mi opinión puede salvar muchas vidas.