Hola mundo
Regresando a México, tuve suficiente tiempo para pasear en Toronto. Tomé un camión, dos metros, (el verde y la amarillo), para llegar a la parte Vieja de la Ciudad.
Tuve suerte. De entre de los días fríos de esa época, me tocó un día asoleado con temperatura bastante agradable 10-12 grados celcius. Aproveche para ir a downtown Toronto, pasear y conocer su parte histórica.
Caminando entre edificios altos con diseño súper modernos y monumentos viejos con arquitectura europea, parè en una verdulería y compré una bolsa grande de esas uvas moradas sin semillas, pero no las redondas, si no las largas, duras y dulces que hasta empalaga.
Las frutas contienen fructosa. Este tipo de azúcar no es fácil para el cuerpo y el hígado trabaja duro para cambiar lo a la molécula de glucosa. Una molécula simple de azúcar, lo que todas las células pueden usar. Sin embargo, las uvas contienen glucosa. Es por eso que son tan recomendable cuando necesitas energía. Su azúcar llegar directo a las células del cuerpo sin problema.
Cuando regresé al metro, todavía estaba bastante llena mi bolsa de uvas que agarré en mi mano derecha. Esperando al tren, de repente, se me acerca una mujer preciosa, mulata, con esas trenzas jamaquinas que llegan hasta su cintura y me pregunta con sus labios color café: ¿De en dónde encontraste esas uvas?
Mi respuesta fue nada menos provocativa: no te sé decir, es mi primer y último día aquí en Toronto. Saqué una rama bien cargada de uvas de la bolsa y la ofrecí. Empezamos a hablar y seguimos en el tren que llegó luego luego. Hablamos diez minutos intensamente y se fué. Bajó después de dos paradas.
Me quedé pensando, que loco. Esta mujer entró a mi vida por unos diez minutos. Unos minutos en dónde me contó tanto de su vida y probablemente nunca jamás la voy a ver de nuevo.
Pasaron las horas y llegó el momento de abordar al avión. Llegando a mi silla ví que la silla de mi lado, esa que tiene la ventana, está ocupada con una mujer preciosa, mulata, con esas tranzas largas estilo Jamaica. No, no fue la misma chica pero wow, que coincidencia, pensé.
Al sentarme al lado de ella, la saludé, pero ella solo puso un cubre boca demasiado blanco y volteó su cara para la ventana, ignorandome todo el vuelo.
Cuando aterizamos, mi vecina mulata empezó a estornudar. Sin pensar dos veces, saqué de mi bolsa mi espray bucal super poderoso y le ofrecí. Eso, la dije, es una magia. Úsalo una vez cada hora y se te vas a curar. Me miró con sus ojos grandes, jaló la botella de mis dedos y lo probó.
El avión ya se paró para descargarnos, cuando ella y yo empezamos hablar intensamente. Diez minutos después se desapareció entre la gente.
Me quedé pensando, que loco. Esta mujer entró a mi vida por unos diez minutos. Unos minutos en dónde mecontó tanto de su vida y probablemente nunca jamás la voy a ver de nuevo.
¿Dos veces en el mismo día?
Coincidencia o mensaje del universo.
Y si es un mensaje, ¿que es lo que carga?
Hasta la próxima, Yaron.