Hola mundo
No se si es por mi nombre que significa la alegría divina, o simplemente porque así nací, pero raramente me pongo triste. Amo la vida, siempre veo los lados positivos en las situaciones y soy una persona optimista, alegre y con mucha energía vital.
Aun, esta semana sentí la tristeza arrastrando en mis venas por una mujer que conocí hace tres años mas o menos y el jueves falleció. No, no fue por el virus bobos. Tenia cáncer de mama que se detectó demasiado tarde. El cáncer invadió su cuerpo. Ningún tratamiento logró vencerlo. Al fin, su cuerpo se colapsó y se murió en su casa acompañada con su valiente pareja. El y su mejor amiga estuvieron apoyándola todo el tiempo.
¿Porque me puse triste? No es que fuimos buenos amigos o algo de este estilo. Nunca rodamos juntos aunque fue gran motociclista ni cocinamos juntos aunque fue cocinera de primer nivel.
Además, creo con toda mi mente y mi corazón que somos pasajeros en este mundo. Al morir, uno se regresa a la fuente de energía, de en donde llego. Si el alma no es suficiente “limpia” se regresa a reencarnar en este universo para seguir el proceso de purificar. Tres veces puede reencarnar en forma de humano para purificar. En forma de humano, el alma puede elegir su camino y disfrutar el proceso. En caso que pasaron tres ciclos y el alma todavía no brilla suficiente para funcionar con la fuente de la energía, se va a reencarnar otra vez. Solo que en esta ultima vez se reencarna en forma de animal o planta o mineral. El tiempo no existe, las reencarnaciones pueden ocurrir en cualquier punto de un presente dado. En esta forma el alma se purifica si o si, porque ya no se puede elegir su camino y el proceso se pasa al modo automático, cada alma con su necesidad.
Este universo es simplemente una maquina enorme para purificar las chispas de energía con la intención de regresar as a la luz eterna.
No siempre el proceso de purificación funciona bien. Existen dos tipos de casos en donde las cosas no se van en una manera “normal”. Uno es con chispas (almas) que son tan contaminados hasta que no hay remedio y es imposible de purificarlas. Esas chispas se apagan para siempre. Dicen que esas almas, como se van a desaparecer para siempre, en su ultima vida se gozan lo que quieren y pueden ser hasta presidentes, por ejemplo.
Otro caso es con almas que están casi perfectas, pero solo casi. Entonces están en una situación de equilibrio. De un lado no se pueden juntar con la luz eterna, porque no están limpias al 100%, de otro lado como son casi perfectas, no tienen lo que es necesario para reencarnar. Eso es la situación mas horrible posible para un alma, porque si esta en este estado, puede quedar allá para un siempre sin fin. En ingles, este estado se llama “Hollow of the sling”, me imagino que en español seria “el hueco de la onda” y en hebreo se llama “kaf Hakela”.
En la religión judío estamos tomando muy en serio el funcionamiento de la maquina. Cuando una persona se muere, empieza una seria de ceremonias y rezos que duran un año, cuando toda la intención es evitar el estado de equilibrio del alma. Cada mañana al amanecer, durante un año, los hijos de la persona que falleció se van a la sinagoga y rezan con una masa critica mínima de 11 personas, para ser sanagorias del alma, pedir perdón en su nombre y ayudar con un empuje final si es necesario, para que no se queda en un estado de equilibrio.
Bueno, si soy familiar con el mecanismo de la maquina, ¿porque me pongo triste?
Para el alma, reencarnar en esta dimensión es un gran sufrimiento. La vida es un proceso doloroso. Nacer duele, cuando te salen los dientes se duele, aprender duele, en la vida te rompen tu corazón a gusto, las cosas mas ricas son dañinas jajaji. Es un mundo de dolor. Cuando estoy cerca al muerto como me paso en jueves de esta semana, me recuerdo todo eso y me pongo triste de nuevo, igual como fui triste antes de nacer, antes que me nombraron, antes que olvidé.
Espero que es mi último viaje a la tierra.
Hasta la próxima
Yaron.