Hola mundo,
No se si es por tomar demasiado whiskey, o simplemente de aburrimiento, pero los investigadores británicos del clima se pusieron a estudiar los huracanes que nos afectan tanto.
Sus amables estudios nos enseñan que, en promedio, cada año los huracanes son mas fuertes. No solo eso, sin no que los centros de los huracanes, cada año se acercan 30 km así a la tierra y además se quedan mas tiempo soplando y echando el desmadre a todos lados.
Bueno, eso explica esas semanas tan lluviosas. Ayer en mi bosque, de las once de la mañana se empezó a llover y no paró hasta a hora que estoy con mi taza de café escribiendo. El cielo este pintado en gris, la neblina se escurre entre los arboles y con el silencio y la delgada constante lluvia se genera un ambiente hitchcockeño.
Todavía me siento lleno porque ayer en la noche, con ese clima, prepare un caldo de pollo delicioso mientras tomaba traguitos de whiskey, pensando en el clima de Inglaterra. No hay como un buen caldo de pollo para calentar el cuerpo y el alma. Hasta propiedades curativas tiene. Pregunta a tu abuela.
Y no solo la abuela. Recién estudios científicos enseñan que el buen caldo de pollo es una verdadera medicina. En el proceso de cocinar el pollo con verduras se genera un químico parecido al este que se usa en las medicinas contra la toz y la bronquitis. Los vapores que salen de la olla tienen efectos curativos sobre personas que sufren de asma. Aparte, el caldo de pollo es rico con minerales importantes para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. ¡Bravo abue!
Hay varias maneras para preparar esta sopa de oro. Con los años fui mejorando mi técnica y creo que estoy cerca a la perfección:
En mi gran olla de presión inoxidable pongo a freír una cebolla picada y mitad hasta un pollo completo, depende del tamaño. Es mejor usar pollo de verdad. Lo compro a veces con mi vecina. La diferencia del sabor es impresionante, como si fuera otra bestia. La sopa con un pollo de verdad sale sin una gota de aceite y ni los perros pueden comer los huesos tan duros del verdadero pollo libre. Si no tengo un pollo vecinero, prefiero pollo sin hormonas u orgánico, de esos que se venden en costco por ejemplo.
Al freír las piezas del pollo con una cebolla picada, poco a poco se empieza a formar una capa mielosa color café que hay que rascar con la cuchara de madera del piso de la olla cada ves que queremos dar vuelta a las piezas. En ese punto hay que bajar el fuego y seguir friendo lento para generar mas de esa capa chiclosa y pegajosa porque es el secreto de este proceso. Es lo que va a dar a nuestra sopa un color mas obscuro y un sabor profundo y excelente.
Cuando veo que la cebolla desapareció y tengo suficiente capafrita, lleno la olla hasta su mitad con agua, sal y pimienta. Cierro la tapa y deja la olla 15 minutos desde que se empieza a chiflar. Mientras, preparo las verduras que van a acompañar el pollo.
No siempre pongo las mismas verduras. Esta vez preparé zanahoria, chayote, una cebolla completa sin picar, un elote en pedacitos, apio, calabaza y brócoli. Todas las verduras entran a la sopa por una hora en fuego bajo aparte del brócoli que llega a la fiesta 10-15 minutos antes que se apaga el fuego.
Es muy recomendable poner hiervas de olor como perejil, eneldo, cilantro, menta o este manojo que se venden el los mercados que contiene una mezcla de hiervas aromáticos. En el mediterráneo se puede conseguir con facilidad el tubérculo del perejil y eneldo. Cocinar la sopa con hierbas aromáticos y especialmente con esas tubérculos, llevan la sopa a un nivel supremo.
Provecho y hasta la próxima, Yaron.