Hola mundo
Cada año en esta época empiezan los incendios. Lo recordé porque en la mañana, rodando para la capital, vi como el humo de uno de esos incendios esta pintando el aire de mi camino en blanco gris.
Respiré profundamente varias veces para enriquecer mi sangre con oxigeno. Justo cuando llegue a cruzar la zona ahumada, respire la ultima vez y baje la velocidad del motor. Pude notar que el fuego esta en lado izquierda de la autopista y ver como las llamas quemando la superficie de la montaña, rapando la como si fuera en la estilista. Por mi suerte, el tramo ahumado fue corto y logre cruzar aguantando, sin necesitar respirar. Al salir de la zona del incendio levanté mi casco abatible para tomar aire fresco y delicioso de un día joven y asoleado.
Uno de las ventajas de manejar motocicleta es que, por estar atrapado en un casco, no puedes hacer nada aparte de estar concentrado en tu camino. Eso genera un ambiente increíble para pensar. Esta vez, en el tiempo que me quedo hasta mi destino, pensé en los incendios.
Los incendios son fenómenos naturales que existen mucho antes de que se apareció el humano neurótico que cree que si se quema entonces es malo. De hecho, la naturaleza está tan preparada a los incendios, que no puede si ellos.
Cuando el fuego pasa en el bosque, son las hiervas secas, la acumulación de hojas y las plantas pequeñas que se queman. Los arboles están bien protegidos gracias a su corteza que aguanta el calor del fuego sin problema. En la tierra, están esperando por años miles de semilla que se activan con el calor del fuego. Si el último no llega, con el tiempo se pudren y pierden. El fuego fertiliza la tierra con la ceniza y quita la capa de hojas que bloquea el sol y el oxigeno que sana la tierra de acceso de hongos.
Pero la verdad es que lo que escribí pasa en donde no viven los humanos, porque aquí en México la gente compra su carbón para el asador con una manija de ocotes, sin saber que con eso están permitiendo la quemada de hectáreas completas de naturaleza. Lo que pasa es que la gente de los pueblos se va al bosque y con un hacha se quitan las cortezas de los árboles, sacan la madera llena de resina y los dejan expuestos en el aire libre. Cuando llega el incendio, esos arboles de prenden como cerillos. El calor tremendo que genera un árbol expuesto causa la caída de todo el bosque a los dientes del fuego. Todo por una cosita tan pequeña. El ocote.
Se que, en Australia, California y otros lugares pasan incendios terribles que no son la culpa del ocote, es otra historia, sin embargo, la mayoría de los incendios graves que ocurren aquí son por el daño que genera el humano en el bosque.
Es impresionante ver la fuerza y el dinero que la sociedad invierta para luchar contra los incendios: aviones que tiran agua, bomberos, voluntarios y mas. Se buscan el pobre que dejo la fogata que empezó el incendio para multar lo y poner lo en la cárcel, pero siguen vendiendo el ocote y no me sorprendería que hasta el juez y el jefe de los bomberos usan ocote para prender su asador en domingo jajaja.
Los incendios son parte de la naturaleza no podemos luchar contar ellos, tenemos que saber vivir con la naturaleza no contra ella. Puede ser que el incendio empezó espontáneamente o porque alguien lo provocó, eso no es importante, igual como no es importante si una enfermedad empezó por un virus espontáneo o creado por humano.
Lo importante es tener la corteza bien puesta querido mundo.
Hasta la próxima, Yaron.