Hola Mundo. Te extrañe.
De hecho, estoy volando alto, más alto de las nubes y te estoy mirándo de arriba. Que bello eres.
Estoy en camino a mi tierra natal. Ocho años desde que fui la última vez. Casi 18 años desde que la deje atrás, porque me enamore en México y me enamore con una mujer.
Hay varias tipos de ciclos en la vida. El ciclo de un día, lo que su patrón es similar al ciclo de una vida. En la mañana eres fuerte, puedes desayunar lo que se te antoja sin engordar. Igual como un joven, no piensas que el día o la vida se va a acabar. sientes que el tiempo no tiene fin. Ya en la tarde, cómo alguien en sus cincuentas, de repente necesitas descansar, si vas a comer demasiado, se te va a afectar ¿y en la noche? Uno se entiende que el día de acabó, quiere entrar a la cama y cerrar sus ojos, no lo imaginaba en la mañana. El viejito siente igual con su vida. Algo que como joven, no lo pude creer.
Así es el ciclo de un día, o una vida, pero existen otros frecuencias, otro tipos de ciclos. Está el ciclo del tres, el famoso ciclo de siete y el ciclo que estoy apunto de cumplir. El poderoso ciclo de nueve. (Hay todavía más ciclos).
Se empieza con nueve meses. Luego se llega cada nueve años. Un crisis existencial, un escalón hormonal, en total, un nuevo capítulo en tu vida.
En mis primeros nueve años en México, estube acompañado con una gran mujer. Una maestra que cambio mi vida. Una impresionante mamá para mis tres hijos. Logramos juntos terminar el primer ciclo de nueve y pasar al siguiente capítulo, con amor y pasión para seguir con nuestro proyecto, aún, cada uno tubo nuevas tareas por el nuevo capítulo que se empezó. A hora, que estamos en frente del nuestro tercer capitulo, parece que las diferencias son demasiadas. Mi maestra me lo puso claro. Desde que la conocí, fui su alumno y a la hora, me pide graduar.
Así son los ciclos de nueve. Si no sabes detectar lo, e intentas seguir con el pasado, tu alma se entra a un conflicto con el cuerpo y cosas adoloridas pasan.
Por eso estoy a hora en el cielo, en un avión, en camino para reencontrar con mi familia. Papas que no voy a conocer. Tres nietos que no los conozco. Hermanos, hijos y amigos que no los ví durante mis capitulos en México, por estar tan dedicado a mi familia aquí en América.
Es verdad que mi pareja se va, pero yo si, en 19 días regreso. Mi relación con la tierra de México, mi tres preciosos hijos mexicanos, eso es por vida, es parte de mi ciclo del día.
Me ciento perdido aquí en la estatosfera, no se que va a pasar mañana. Solo se que va hacer hermoso.
Si sientes así mi querido mundo, cada nueve años, es porque estás en el camino correcto. Se duele renacer. Se duele que con tijeras oxidadas sin filo, se arrancan tu cordón umbilical. Pero el otro opción es vivir muerto.
Hasta la próxima, Yaron.