Hola mundo
Tepoztlán esta llena con Charlamanes.
Charlaman es un chaman charlatán. muy fácil se diferencia de entre un chaman de verdad y un Charlaman. Los últimos andad todo el tiempo con collares extravagantes, ropa especial y un sombrero u otro tipo de sombrero normalmente adornado con plumas. Solo falta un letrero que grita sooooy chamaaaaan. Cuando un samurái saca su catana es para usarla con todo su poder. Así es con un chaman de verdad. Normalmente son gente humildes, pueden andar con un pantalón medio roto y una playera que ya vió mejores días. Se ponen, solo cuando es tiempo para ponerse. Cuando estas cerca a un mago de verdad, sientes una paz inexplicable y cuando se pone sus símbolos, su presencia vuelve tan fuerte que te empuja un paso y tres cuartos para atrás.
Así exacto me paso hace diez años. En esa época, rentamos la casita de don Rey, en camino a amatlán al pie de la carretera. Amatlan es una colonia mágica en Tepoztlán. Tienes que cruzar el pueblo y seguir así hasta el fondo. Ahí, abrazada con montañas únicas y el rio que te lleva a las pozas de Quetzalcóatl, esta Amatlan.
Fue una tarde del viernes o sábado, ya no recuerdo. estuve preparando la cena en la cocina, vestido con un pantalón medio roto y una playera que ya vió mejores días. Afuera cantaron los pájaros, Un burro llamando y la tranquilidad tan típica de esa zona mezclada con los olores de mi guisado.
De repente alguien toco la puerta.
Es muy raro que alguien se toca mi puerta, pensé. Mis amigos se chiflan o llaman a mi nombre del portón que esta unos 10 metros debajo, en la entrada con las escaleras que suben hasta la puerta. A veces simplemente se suben y entran, pero nadie se toca mi puerta. Además, también el sonido fué raro. ¿Será el perro? No puede ser. Demasiado fuerte y con ritmo lento. Con mucha curiosidad abrí la puerta. Al abrirla, di un paso y tres cuartos para atrás. En frente de mi estaba parado un huichol, con toda su costumbre puesto. Las plumas arriba de su cabeza, la ropa, la joyería tipica, Todo hasta el ultimo detalle estaba impecable, Como salió de una pagina de nacional geografic directo a mi puerta en Amatlan.
– hola – hola, perdón, ¿este tipi que esta abajo es tuyo? – si, lo acabo de construir hace poco, ¿te gusta? – mucho ¿me lo puedes enseñar? – claro.
Así fue que bajamos juntos. El estaba callado mientras lo explique la armonía atreves de mi diseño y otras cosas que a los artistas les gusta decir. Cuando terminé me miro un minuto largo y me dijo: ¿tu me llamaste verdad? Sin esperar a mi respuesta de empezó a reír. Me contó que en una montaña bastante cerca, de hecho, casi atrás de mi casa, se van a practicar esta noche la ceremonia del Hikuri (peyote), me dijo que estamos invitados y se fué.
Me quedé en el centro del tipi unos minutos mas sin poder mover. Te lo juro mi querido lector, que hay pocas personas en la tierra con tanta curiosidad como yo, aun, nunca me llamaron la atención las drogas. Nunca tomé hongos o probé la ayahuasca ni otros tipos de drogas y hasta hoy día no me interesa esas experiencias. Sin embargo, desde que leí los libros de Carlos Castañeda de jóven, tenia este deseo inexplicable para probar una noche, el sagrado Peyote. Como soy bien platicón, mis amigos en México me ofrecieron probarlo, pero los rechace. Sentí que acto de esta magnitud debe que llegar con amor.
Mi pareja en esa época estaba recién embarazada y Shamaim tenia 2 años, así que no pudo quedar conmigo en la ceremonia. A las 11 de la noche la acompañe a la casa y regresé al ritual. Dicen que comer peyote es horrible porque es tan amargo, hasta que te hace vomitar. Pues, yo estuve bien feliz con cada mordida, me pareció delicioso. Cada vez que pasaba el chaman para dar un pedacito de peyote a cada uno, yo esperaba como un niño que recibe dulce.
La noche paso rápido. Una fogata en la montaña bajo luna llena, un grupo de personas cantando y tocando música y un chaman que mueve el ritmo. Tiempo para cantar, tiempo para comer y tiempo para relajar. Para mi sorpresa, lo mas que comí, no sentí ningún efecto. bueno, aparte el tema de los colores. Se supone que en la noche, aun con luna llena, no se puede ven a los colores. No es que vi unos colores brillantes o especiales, simplemente pude notar los colores de todo en rededor de mi, algo mejor de lo normal. Eso es todo que me pasó. Así que cuando empezó a amanecer, ya estuve bien aburrido y decidí dejar el grupo con su magnifico chaman para regrese a casa.
Cuando entre al cuarto, se levanto mi pareja y me pregunto: ¿Cómo te fue? bonito respondí, pero la verdad es que no tengo ningún efecto aparte del poder para ver colores poco mejor del normal. Entre a la cama y en 10 segundo estuve con mis sueños.
Durante 9 años estuve seguro que así, como conté esta historia a ustedes, así exacto paso. Hace un año, por platicón, conté lo mismo a un amigo. Cuando llegué a la parte en donde estoy diciendo a mi pareja que no me paso nada y me fui a dormir, mi pareja que estaba en la mesa con nosotros, se brinco diciéndome: como no te paso nada, ¿no te recuerdes? ¿No recuerdo que? la pregunté de regreso.
Entonces, mi pareja contó su versión: Entraste al cuarto. cuando te pregunte como te fué, me respondiste que no sientes ningún efecto solo que hay que dejar la puerta abierta porque ahí esta una viejita y te esta hablando.
Me quede con la boca abierta ¿Y que me dijo esa viejita? pregunté a mi pareja intentando sacar mas información. Te estaba regañando me conto mi pareja. Te estaba regañando porque ya tienes 3 años en México sin dar ni una terapia. Si es cierto me quede pensando. Llegué a México atreves de mis trabajos de arte y abandone casi completamente las terapias.
Hasta hoy día no recuerdo nada de la versión de mi pareja. Después este día, empezó a pasar una cadena de eventos que poco a poco me empujaron a regresar dar terapias. Un año después de esa ceremonia, abandoné casi completamente la parte del arte y regrese a las sanaciones.
10 años pasaron desde esa ceremonia. Un ciclo completo. Otra vez estoy con los vientos, pero ahora ya soy grande. No está el Hikuri ni el maravilloso chaman.
A ver a donde voy , Yaron