Los dos secretos del enojo

Hola mundo

¿En qué número estoy pensando? Me preguntó la pequeña niña que estaba acostada sobre una toalla blanca que su mami puso en el piso tapeado de su cuatro. Dos, le respondí sin pensar. “correcto”. ¿Y ahora? Siete, respondí sin pensar dos veces. “siiiii” ¿y ahora? Ya, es suficiente la dije con sonrisa, antes que se me acaba mi suerte. Tengo que concentrarme en ese pie tuya, que tu mami me pidió curar ¿verdad? La pequeña niña se quedó callada, solo me miró con sus enormes ojos preciosos y después de unos segundos dijo: me duele.

Me contó que su hermano, todavía más pequeño, aplastó su pie, fracturando sus huesos, hace unas semanas. Mientras me cuenta la historia, llego su hermanito para ver qué es lo que estoy haciendo. “enseñale tus conejos” exigió la niña. ¿Sus conejos? Pregunte sin entender. El niño se levantó su brazo y apretó su musculo, estilo Popeye. Wow, dije con una sorpresa, si  esta fuerte este chiquito, pero lo que más me sorprendió fue el orgullo de su hermana con él. No tenía ni una gota de enojo con su hermano, que le causo daño y tanto dolor por semanas. La niña se despierta en la noche por el dolor con cada vuelta, camina con muletas y una bota azul especial para soportar su pie, y aún, está llena de amor y orgullo con su hermano tan fuerte. Pero cero enojo.

El enojo es una energía con dos secretos. Una energía peligrosa que hay que aprender cómo evitar.

El primer secreto de la energía del enojo es su fuente. Atreves de la sabiduría de la cábala, en la primera semana se cada año, cada ser vivo “recibe” una cantidad de energía en su bodega celeste. Esa energía se manifiesta durante el año en forma de abundancia. Puede manifestar en forma de dinero, acceso al alimento, éxito en proyectos, buena salud y más. Sin embargo, la energía del enojo llega de la misma bodega. Eso quiere decir, que si uno se enoja, se está gastando su energía de abundancia, que está en su bodega para este año. Que desperdicio ¿verdad?

El segundo secreto del enojo, es que la verdad, nadie se enoja con nadie. Quiero decir que si uno se enoja, es porque está enojado con si mismo, y solo está vomitando su propio conflicto con las personas o las situaciones alrededor. Una persona que está en paz con si mismo, nunca se enoja.

Igual como esa niña que esta acostada en una toalla blanca en el piso 18, en frente de mí.

Hasta la próxima, Yaron.