El secreto canoso

Hola mundo

Soy muy puntual. De verdad. Con una mamá Rusa y el entrenamiento del ejército que duró desde mis catorce y hasta los veinte cuatro, la puntualidad llega con garantía de vida. De hecho, creo que parte de mi éxito en México es gracias a mi puntualidad. Cualidad, que la gente aprecia.

Una de las técnicas que usa una persona puntual cuando tiene que llegar a una cita, es calcular el tiempo, para llegar al destino poco antes. En esa manera, si hay obstáculo en el camino, aun, llegará a tiempo. El precio de esa técnica es, que si el camino fluye mejor de lo normal, llegaras demasiado temprano y en ese caso, simplemente hay que esperar.

Es justo lo que me pasó esta semana. Cuando vi que estoy para llegar, media hora antes de la hora de la cita, oré en un 7eleven. Tenía sed y pensé que es buen oportunidad para resolver este asunto.

Naturalmente, paré la moto bajo la única pequeña sombra que generó un árbol de ficus ciudadano. Bajando de mi caballo, noté que este sitio es la base del viejito que maneja la reversa de los conductores, los que salen del estacionamiento. Lo que en México se llama: el viene viene.

¿ Te molesta si dejo aquí la moto por unos minutos? le pregunté. No, de nada, me respondió con una sonrisa y se fué a ayudar a un joven para salir de reversa del estacionamiento de 7eleven a la carretera. El viejito levantó su mano izquierda y señaló a un coche que llegó en la carretera para que se pare y de chance al joven a salir. El coche obedeció y paró en su carril, mientras el joven dio la vuelta en reversa, entrando al mismo carril en donde estaba el coche parado. En este momento, el viejito, con su mano derecha, empezó a tapar en el cofre del joven para señalar lo que es suficiente. Que se para su movimiento en reversa. Pero el joven no le hizo caso, siguió manejando atrás y se chocó con el coche que estaba parado en su carril.

El sonido de plástico craqueando fue suficiente fuerte para sacar cabezas sorprendidas de las tiendas en rededor, pero el joven, sin pensar dos veces se aceleró. El coche golpeado se aceleró atrás de él y el viejito, yo y unas cabezas sorprendidas, quedamos solos, colgados en el silencio del escenario.

El viejo regreso a su base, agarrando su cabeza con sus dos manos, moviendo la de lado a lado, aun, con sonrisa. Yo fui por mi agua. Cuando regresé, empezamos a platicar. “esos jóvenes” le dije, “con toda la tecnología de los sensores, camera y pantalla de reversa, aun chocan”.  No fue necesario más. El viejito, feliz de encontrar un par de orejas, empezó a contarme el secreto de su sonrisa. Hablamos de la ciencia, de la tecnología, de las flores y de la sombra del ficus. Fué mi maestro por quince minutos, aun es solo un viene viene, que sus días pasan en su base, en la sombra de un ficus ciudadano.

Para mí, la sabiduría está en las canas y las arrugas de las personas. No en sus años de universidad ni en sus títulos o sus fancy coches. Hoy, las personas de edad mayor intentan de esconder su edad. Se pintan las cañas, se ponen productos e inyectan botox para quitar las arrugas, como si fuera un enfermedad.

Hoy día la palabra viejo es una grosería y flaca es guapa.

Hasta la próxima, Yaron

Los dos secretos del enojo

Hola mundo

¿En qué número estoy pensando? Me preguntó la pequeña niña que estaba acostada sobre una toalla blanca que su mami puso en el piso tapeado de su cuatro. Dos, le respondí sin pensar. “correcto”. ¿Y ahora? Siete, respondí sin pensar dos veces. “siiiii” ¿y ahora? Ya, es suficiente la dije con sonrisa, antes que se me acaba mi suerte. Tengo que concentrarme en ese pie tuya, que tu mami me pidió curar ¿verdad? La pequeña niña se quedó callada, solo me miró con sus enormes ojos preciosos y después de unos segundos dijo: me duele.

Me contó que su hermano, todavía más pequeño, aplastó su pie, fracturando sus huesos, hace unas semanas. Mientras me cuenta la historia, llego su hermanito para ver qué es lo que estoy haciendo. “enseñale tus conejos” exigió la niña. ¿Sus conejos? Pregunte sin entender. El niño se levantó su brazo y apretó su musculo, estilo Popeye. Wow, dije con una sorpresa, si  esta fuerte este chiquito, pero lo que más me sorprendió fue el orgullo de su hermana con él. No tenía ni una gota de enojo con su hermano, que le causo daño y tanto dolor por semanas. La niña se despierta en la noche por el dolor con cada vuelta, camina con muletas y una bota azul especial para soportar su pie, y aún, está llena de amor y orgullo con su hermano tan fuerte. Pero cero enojo.

El enojo es una energía con dos secretos. Una energía peligrosa que hay que aprender cómo evitar.

El primer secreto de la energía del enojo es su fuente. Atreves de la sabiduría de la cábala, en la primera semana se cada año, cada ser vivo “recibe” una cantidad de energía en su bodega celeste. Esa energía se manifiesta durante el año en forma de abundancia. Puede manifestar en forma de dinero, acceso al alimento, éxito en proyectos, buena salud y más. Sin embargo, la energía del enojo llega de la misma bodega. Eso quiere decir, que si uno se enoja, se está gastando su energía de abundancia, que está en su bodega para este año. Que desperdicio ¿verdad?

El segundo secreto del enojo, es que la verdad, nadie se enoja con nadie. Quiero decir que si uno se enoja, es porque está enojado con si mismo, y solo está vomitando su propio conflicto con las personas o las situaciones alrededor. Una persona que está en paz con si mismo, nunca se enoja.

Igual como esa niña que esta acostada en una toalla blanca en el piso 18, en frente de mí.

Hasta la próxima, Yaron.

Nuestro secreto común con las bacterias

Hola mundo.

Hace mucho que no volé. Esta sensación espectacular de aceleración, cuando el avión esta para despegar, lo tengo diario con mi moto, y estar aplastado con mucha gente en un cilindro largo de metal con alas, no es mi máximo. Especialmente porque mi fémur es más largo del promedio, así que nunca encuentro la manera para que mis rodillas no se aplasten contra la silla de enfrente.

Fui a visitar unos amigos en puerto Vallarta. Quisiera ir con la moto, pero por tener solo dos días, volé. Ni modo.

Mi amigo le encanta el vino. En la noche, estamos sentados con dos copas en la terraza, quinto piso arriba del malecón. El sonido terapéutico del mar, la vista de Vallarta nocturna de horizonte a horizonte y el sabor suavemente explosivo del vino, da una experiencia inexplicable.

Estamos platicando sobre el desarrollo inmenso de esa ciudad, especialmente desde que se empezó la plandemia. Un grupo poderoso de españoles que está construyendo aquí docenas de edificios estilo disneyland sobre cientos de hectáreas. Un movimiento fuerte de gente Canadiense y gringos que quieren vivir aquí sus últimos años, y mucho Mexicanos de Monterrey, de la ciudad y otras partes, generan una demanda tremenda, lo que empuja construcción masiva de casas y edificios sin ninguna infraestructura, sin pensar cómo va a funcionar todo eso en el futuro, solo con el deseo de satisfacer el vicio del momento por poder y gozar, rápido, ahora y de lo que hay.

Disneyland en Vallarta

Estoy penduleando el vino en la copa, disfrutando su color profundo, viendo las “piernas” que se forman sobre el transparente, súper delgado pared de vidrio, antes de probarlo de nuevo. Un barco está entrando a la marina, echando fuegos artificiales, como si fueron niños que lo navegan, justo cuando la ridículamente iluminada iglesia mayor marca la hora once con sus campanas de bronce fundido.

Tomando el vino, estoy pensando de las amables bacterias que hicieron esta obra de arte. Durante días se multiplicaron, comiendo el azúcar de las uvas y generando sus deshechos – el alcohol. Construyeron sus edificios y casas sobre cientos de millones de moléculas, solo con el deseo de satisfacer el vicio del momento por el azúcar, sin pensar cómo va a funcionar todo eso en el futuro. Poco a poco, el nivel de alcohol, igual como la cantidad de caca en los coladores de puerto Vallarta, está subiendo. Cuando el nivel del alcohol pega a 11.8 porcentaje, las bacterias se mueren, dejando un vino delicioso, totalmente esterilizado para mí, a disfrutar.

Somos igualitos a las bacterias.  Solo estoy confundido, ¿quién va a disfrutar nuestra obra de arte cuando nuestros deshechos nos van a matar?

Hasta la próxima, Yaron.

El secreto de la educacion

Hola mundo.

Fui papa joven. Pensé que es Buena idea.

Mis dos hijos de esa idea nacieron en Israel en un hospital y fueron educados “como debe ser”: guardería, primaria, secundaria, preparatoria y ándale al ejército. No conocía otro camino y para mí, el sistema “educativa” fue la única manera. Eso es impresionante, porque como niño, sufrí de esa manera. Las uñas del sistema dejaron cicatrices profundos en mi alma y aun, mande a mis propios hijos a su jaula.

¿Cómo puede ser que alguien que sufrió cada segundo durante doce años, que cada mañana se despertó con angustia para pasar un día de tortura, mal alimentado y se regresó a casa en la tarde como un delincuente que se escapó de la cárcel , va hacer lo mismos a sus propio hijos?

La respuesta es muy simple. Fui educado. Somos seres que repiten patrones y yo repetí el patrón de mi vida. Lo aplique a mis hijos igual como lo aplicaron a mí. Si, en la escuela aprendí como multiplicar, a leer, escribir y más, pero eso fue algo que se puede aprender en otras maneras. La verdadera educación que pasé en los años que me mandaron a la escuela fue que es la “manera correcta”. Y fui bien educado.

Sin embargo, siempre sentí que algo no está bien. Quise otra oportunidad. Sin saber exacto que es lo que hago, Salí de mi tierra natal dejando los patrones atrás y empecé una vida nueva con una mujer que me permitió vivir libre. Dimos vida a tres seres preciosos y aplicamos lo que para nosotros fue la educación correcta.

Cada persona nace completa. Aun es un bebe, su esencia, su carácter, sus deseos y habilidades están doblados, como los pétalos del flor, de entro de él. Vez un botón de un flor y se ve pequeño, redondo e inocente. No tienes ningún pista de la belleza, los colores y el tamaño del flor que mañana se va a rebotar de este botón. No importa cuanto lo vas a “educar”, sería imposible cambiar su esencia. Así somos.

Ser buen padre y dar la mejor educación a tus hijos es la cosa más simple y a la vez más difícil del mundo porque tienes que hacer prácticamente nada.

Un niño que recibe amor incondicional, buen alimento, y experimenta buen ejemplos de sus padres, se va a crecer como esa planta que recibe sus mejores condiciones y se va a manifestar su máxima potencia.

Hay gran diferencia de entre una flor y un humano. A una planta de rosas rojas, le van a salir siempre bebes con flores rojas, igualitos a la planta madre. Pero nuestros hijos, casi siempre son diferentes de nosotros.

Entender que tu hijo es diferente, que no va hacer como tú, soltar lo a crecer atreves de su propia esencia y carácter, sin intentar de controlar lo, es el truco. Lograr hacer lo, da salud mental a los padres y sus criaturas. Es el verdadero clave de la educación.

Amor incondicional, Alimento supremo, y buen ejemplo.

Hasta la próxima, Yaron.

Dos en uno. El cerebro y el Betabel

Hola mundo.

Mi pareja es muy noble. Invitó tres amigos de mis hijos para la cena de Sabbat (viernes en la noche) y después, quedarse a dormir con nosotros. La cena fue espectacular. Un guisado delicioso de Abas estilo Turco acompañado con arroz rojo, una charola enorme con alitas medio picosas recién salida del horno, hongos zetas en salsa original, frijoles, betabel y otras cositas. La verdad es que quise poner una foto pero luego pensé, que sería demasiado cruel para el mundo y abandoné la idea.

Uno de las otras cositas fue cebolla morada con chile manzano, bien picados, en vinagre de kombucha con poca sal y pimienta negra. Unos de los invitados que le encanta las salsas picosas pidió probarlo, y dijo: “me pasan el habanero porfa?”. Es chile manzano lo corregí y lo pasé el plato hondo con esa mezcla peligrosas. Pica, cuidado, le advertí.

Los niños, se emocionaron con el reto de mi salsa y todos hablaron de que picoso es este habanero. Niños, insistí, no es habanero, son unos malditos chiles manzano del arbusto que crece abajo en el jardín. Kimah, mi benjamín, se volteó y escupió: es que se nos olvido, entones vamos a seguir diciendo habanero, es simplemente más fácil.

No. Insistí. No es habanero y sí, van hacer la fuerza para recordar y pronunciar la palabra correcta. ¿Saben porque?

Los niños no esperaban mi reacción agresiva y meno a mi pregunta. Kimah, que ya vio a donde voy, respondió como un relámpago: “no queremos saber porque” pero mi hija Orlin me salvo y brinco, yo si quiero saber ¿Por qué papi?

Lo que pasa, empecé a explicarles contentamente, es que el cerebro, igual como los músculos, se desarrolla a través de ejercicios. Para los músculos, se usa pesas pero para el cerebro necesitamos retos. Si eliges el camino fácil, el cerebro se vuelve flojo. Recordar los nombres correctos, hablará con vocabulario amplio y ortografía correcta, es una herramienta importante para los niños que quieren desarrollar su cerebro y para personas de edad mayor que quieren mantener funcionando lo que lograron tener.

La única adulta en la mesa levanto sus ojos con la mirada que quiere decir: ya fue suficiente, y yo pregunte: ¿alguien quiere betabel?

No gracias respondieron todos los niños y yo seguí: ¿saben porque es importante comer betabel? Noooooo, respondieron todos simultáneamente, incluso la adulta de la mesa. Me quedé callado, masticando un pedacito de betabel y pensé, que bueno que tengo aquí a mi mundo que sí quiere saber ¿verdad?

¿Verdad?

Si van a googlear la palabra Betabel, en seguida van a tener una lista de más de 10 beneficios poderosos de este tubérculo, parte son únicos a este raíz gordito. No voy a copiar esa lista maravillosa. Prefiero enfocar en un secreto que no van a leer en ningún lado.

Como bien recuerden, en hebreo, todas las combinaciones de las letras de una palabra forman nuevas palabras que iluminan otros aspectos del objeto, dueño de esta palabra. Betabel, selek en hebreo ((סלק, al cambiar el orden de su letras, se vuelve ksil, y Ksil significa Yang, la energía masculina. La fuerza del sol y fuego. Si, El famoso Ying y Yang están en la Gemara judía y se llama Ksil y Kimah.

El Betabel recibe su fuerza directo de la energía masculina divina. Su poder de crecer es fenomenal, casi casi se puede crecer de nuevo aunque lo cocinaste. Su color rojo es el único que te penetra, hasta que sale de tus otros lados. Es un desinflamatorio poderoso, y si no estás fuerte para recibirlo, se te van a formar piedras en tus riñones.

Rambam dijo que cada día tenemos que consumir algo de los tubérculos. El betabel es un tubérculo especial por su poder masculino. Mejor comerlo crudo pero no diario. El betabel, más que un alimento, es una medicina y hay que tomarlo con respecto.

No levantan los ojos. Ya entendí, es suficiente :-).

Hasta la próxima, Yaron.