Palomas en azul

Hola mundo

Yo pude ganar en mi infancia, el primer lugar de entre esos niños extremamente tímidos. Al borde de un autista. Hasta edad de 13 años, solo tuve dos amigos. No tengo a nadie en forma de niño en mi memoria infantil aparte de Shlomo y, mmmm, el otro que no recuerdo su nombre. Mi mamá me contó, que su familia emigró a estados unidos, para evitar que su hijo entrara al ejército. Saben, en Israel es obligatorio, pero parece que el destino es incambiable. Mi amigo, allá falleció en un accidente, creo de moto. Alon. Se llamaba Alon.

No pudieron ponerme en una guardería, porque mi mamá, cuando se regresó en la tarde a la guardería para recogerme, me encontró a un lado de la entrada, igual en donde me dejó. De ahí no me moví, ni al baño. Después una semana así, mi mamá ya no me dejo en la guardería más. La acompañaba a su trabajo. Una preparatoria de sastres. Fue proyecto del gobierno en cuales tiempos, para dar profesión a los jóvenes mientras están pasando su vida en la escuela. Allá aprendí a coser.

Aunque fui un niño tan tímido, tuve unas calidades que pocos poseen. Fui ágil con mis manos en nivel extraordinario, acompañado con poder mental. En edad de un año por ejemplo, comí con tenedor y cuchillo, y conocí las reglas de la mesa, igual como cualquier adulto (culto). Mi papa le encantaba a enseñarme cosas, así que en edad de 4, pase del trabajo de mi mama al estudio de mi papa. Allá aprendí a trabajar con barro.

Es por eso, que mi papa me llamó cuando se compró para la casa un tocadiscos, y me enseño como poner los discos de plástico negro con esas espíralas gravadas, los que esconden una música divina. Una magia. Recuerdo prender el amplificador y esperar para que las válvulas se calienten con un luz amarilla brillante. Ahí nació mi amor a la música.

Escuchar música con esos discos enormes fue una experiencia única. Paralela a la experiencia romántica que tuvimos con el negativo. Las fotos pasaron del negativo al digital y ya. Pero la música, desde los discos y hasta hoy, pasó muchas formas de embodegar y cada vez que se inventa nueva fórmula para encajar el tamaño de la música, se pierde calidad y se pierde algo de su alma.

Esa sensación, que la tecnología nos hace la vida más fácil a cuenta de calidad, dependencia y control, siempre me molestó. Hasta esta semana. Bueno, pensando lo bien se empezó hace unos años, cuando una amiga me pregunto si puedo fabricar uno de esas cosas de metal que se ven como nave especial. Es un instrumento musical que tiene espacios con cortes y se toca como un tambor, solo que saca sonidos amplios y muy únicos. La respondí que si lo puedo hacer pero mi taller no está diseñado para eso y lo olvidé.

Esta semana, un amigo me enseño algo similar. Poco más grande, sin cortos pero con huecos raros en rededor. Este instrumento que se llama handpan, es la cosa más hermosa que conocí en mi vida musical. Es un instrumento de percusión con escala competa de notas. Los sonidos y las posibilidades que este instrumento logra, salen directo de la sala privada de los Dioses. aqui lo pueden escuchar:

El parte más increíble es que estamos hablando de un instrumento moderno relativamente. Un instrumento que nació gracias a los materiales nuevos como acero inoxidable y acero ember, tecnología moderna y lo mas importante, comunicación y transparencia de entre jóvenes que lo desarrollan.

Ver que la modernización tiene este lado me da mucha paz. Ya no me importa si el teléfono me escucha, si salen anuncios en Facebook atreves de mis platicas.  Al fin, no tengo nada de esconder. ser transparentes y comunicativos es la clave para benifisiar la modernizacion y llegar a tocar la verdad. es el camino para terminar guerras, corrupcion e inventar instrumetos maraviosos de musica, por ejemplo.

No se puede recibir el ying sin el yang.  Viva el progreso y pongan las palomas en azul.

Hasta la próxima Yaron.