Hola mundo
Estoy en el medio camino para regresar a la normalidad. Vivir solo con una mano es bastante complicado. Es más complicado, cuando la otra está bajo dolor constantemente, especial en las mañanas. Mi bosque se amanezca en esa época con temperatura de 5 hasta 9 grados, depende del día. Esos metales en mi mano derecha, se congelan, y cómo se penetran y cruzan mis huesos, se genera un dolor único y bastante fuerte.
Hasta esos días, intenté de cumplir las instrucciones del cirujano a pie de la letra (aparte de los analgesicos). Cada vez que lo estoy enseñando mis dedos traviesos, que no se quieren estirar, me dice; “paciencia”. “Después que te quitaré los tensores (así se llama la herrería que adorna mi mano para que el rompe cabeza de mis huesos se quedara como Di-s manda), vas a empezar la fisioterapia y poco a poco se van a estirar”.
A hora, entiéndame mi querido mundo, no es que no tengo paciencia. Lo que pasa es, que la mayoría de las personas que conozco con este tipo de problema, se quedan con una molestia. Los dedos no se regresan a su flexibilidad anterior y\o la muñeca no se mueve como antes. Así que de verdad, no es por falta de paciencia, es simplemente, más temprano empiezas la rehabilitación, mejor chance tienes de quedar bien.
Es por eso, que en los últimos tres días, gracias a que la inflamación se bajó bastante, y después de que me revisó un Dr. fisioterapeuta, empecé ver un curador cada día, todo el día. Yo.
Son muchos años que estoy aplicando mi pomada y la moxa con cientos de personas, pero nunca tenía esta necesidad tan dramática para usar lo sobre mi propio cuerpo. Dos veces en el día, media hora en la mañana y media hora en la tarde, mi mano izquierda trata a su hermana con esos dos milagros.
La moxa es la forma más antigua de acupuntura. Aparte de estimular los puntos y canales de energía, se genera, por su fuego, un calor profundo, lo cual en mi caso relaja y cura los ligamentos dañados.
La pomada que estoy preparando, esta hecha con dos plantas desinflamatorias, un raíz regenerador, sábila y vitamina E. Toda esa mezcla esta sumergida en un vehiculo muy eficiente, Hecho de aceite de ajonjolí, cera de abeja y una vaselina pura de alto grado. Todo con la intención de curar tejidos que sufrieron danio.
Son tres días que estoy aplicándose esos dos remedios y el efecto es impresionante. El dolor en los dedos se desapareció (en la muñeca sigue) y la movilidad de mis dedos se mejoró en una manera significante.
Siempre, cuando me preguntan de mi pomada, digo que no es ético que yo, quien fabrica la pomada, opina sobre ella. Hoy, es la primera vez que puedo gritar en el público, sin duda y con toda la confianza, que mi pomada es una maravilla. Un milagro que si funciona, y no tener pena. Igual como el efecto de la moxa, que por sentir lo en mí mismo, perdono a los chinos por todo. Que método tan increíble para curar.
Tengo en frente de mí, casi un mes completo hasta que me van a quitar estos tensores y estoy muy optimista. Sé que voy a quedar al cien B.H.
Los recomiendo con toda mi corazón. Hacen pomadas o compran la mía y aprenden usar la moxa. No es difícil.
Hasta la próxima, Yaron.