Hola mundo
Cuando llegue a Tepoztlán, hace unos 16 años, conocí un lugar hermoso llamado Mango. Fue construido poco a poco por una persona increíble que nunca conocí, pero como tenemos muchas cosas en común, lo llamare mi colega. El, se encontró un terreno en el centro de Tepoztlán con un árbol de mango en su esquina. Allá, con sus propios manos, construyo un espacio precioso que funciono como un restaurante, en donde se sirvieron pizzas deliciosas que salieron del horno de leña.
Un día, hace unos años, mi colega se decidió añadir una estructura de metal para un techo en la zona abierta. Soldando en las alturas, se cayó. Tuvo gran suerte y en lugar de caer en el cemento, se cayó justo al estanque de agua, junto con sus peces dorados y las plantas del agua. Pero este suerte no duro mucho, porque atrás de él, se cayó la máquina de soldar, y mi colega se encontró con su muerto, electrificado.
Soy un frik de información. Me gusta saber de todo. Sin embargo, el chisme es un tipo de información, lo que no se me pega, así que no se exacto que paso con la propiedad Mango desde que se falleció mi colega. De entre su hijo, la mujer y la ex, al fin, el lugar se cambió dueño. El mango del hoy es un lugar increíble pero es otra cosa. Totalmente.
Gracias a Di-s, alguien de los involucrados, decidió abrir un restaurante para seguir la esencia del Mango original y lo llamaba, el retoño del mango. Allá, me gusta ir con mi familia a comer, porque sin duda, son las mejores pizzas que existen hoy día en Tepoztlán. Cuando muerdo la puntita de mi rebanada de pizza siciliana (mi favorita), estoy cerrando mis ojos y con los sabores y olores que hundan mi cerebro, puedo recordar los momentos viejos. Doy las gracias a mi colega, y sigo la vida.
La última vez, abro mis ojos y veo en la mesa una jarra grande con bebida obscura desconosida, lo que apenas dejo la mesera. Yo no tomo cuando como, es una mala costumbre, pero no lo puedo exigir a mis hijos y ellos saben, que aparte de refrescos y jugos de bajo calidad, pueden pedir lo que quieren.
¿y eso? Pregunte sorprendido. ¿Qué es esa bebida que se ve como Coca-Cola? Es bebida de Zarzaparrilla respondió Shamaim rápido, y, para que no voy a tener la idea de clausurar su bebida, también me dijo, que es una bebida sana, y con muy poco azúcar.
¿zarsapaque? Pregunte rascando mi zona protegida en el cráneo. Zarzaparrilla repitió mi hijo. No tomo cuando como, pero tampoco soy fanático. Mi curiosidad se ganó y la probé. Una delicia la verdad. No es nada dulce, bueno, al mínimo como lo preparan en el retoño del mando. Su sabor se me recuerda el sabor del rootbeer. Burbujeada y muy refrescante. Quise saber más, tenía la curiosidad de buscar en google información sobre esa cosa, pero parece que hay cosas en donde si soy fanático. No se toca el celular en la mesa por ejemplo jajaja. Así que espere con paciencia y cuando llegue a la casa, me entere.
La zarzaparrilla es una enredadera nativa de México. Sus frutas son muy bonitos pero tóxicos, igual como la planta. Los prehispánicos, descubrieron que la tintura de la raíz de esa planta, es una maravilla para curar varias enfermedades. Desde problemas digestivas hasta hemorroides. lo cual es verdad. Los científicos de estados unidos, en el principio del siglo pasado, declararon esta tintura, como una medicina oficial contra el sífilis. Lo cual no fue verdad. prehispanicon – científicos 1-0.
Con el tiempo, igual como pasó con el agua quina, o la coca cola, la medicina se volvió bebida. En el caso de la zarzaparrilla, como es poco dulce, lo veo como un gran opción para niños o adultos. Además es un producto natural, orgánico, local y delicioso.
Salud. Hasta la próxima, Yaron.