Un secreto kosher de entre pescados y quesos

Hola mundo.

Antes de la época del Whatsapp y la era del Facebook, existía una aplicación que se llamaba ICQ. ¿Recuerden? Fue un programa similar al del Messenger del hoy. No sé porque desapareció, fue de los primeros, con mucho éxito y buen diseño. Algo en la guerra de los gigantes me imagino. Un día lo compraron y luego lo anularon de nuestra memoria y Puff desapareció, igual como pasó en su tiempo con la magnífica marca Minolta de las camaras o la cadena del Tea Habana, lo cual Starbucks compró para cerrarlo.

El día que ICQ fue vendida, lo recuerdo como si fuera ayer. Fue un medio día típico Israelí. Mucho calor seco y ventoso en las montañas pelonas del Galil.  Itzik, un hombre redondo de altura mediana en sus treinta, y yo, estuvimos parados en el centro de mi mega taller. Un hangar alto con superficie de 400 metros cuadrados en la mini zona industrial de un moshav (pequeño pueblo) en el norte de mi tierra natal.

Itzik estaba terminando construir su casa y me contractó para los trabajos de arte en metal. Yo lo enseñe el avance y vimos juntos unos detalles en su futurista puerta principal, cuando le entro una llamada. Me pidió disculpa y salió del taller para agarrar mejor señal. Yo me quede esperando lo en el centro de mi taller, acariciando el gigante torno que acabé de comprar.  Se tardo muy poco y cuando se regresó, vi que su cara está roja. Pensé que fue por el sol y el calor que reflejaban afuera las enormes rocas volcánicas pero no, fue de emoción. Vendí mi compañía, me contó.

la puerta principal

Si no estoy equivocado ICQ se vendió en algo como 700 millón de dólares e Itzik fue uno de los cuatro socios. Estaba tan emocionado, y como yo fui el único ser vivo en rededor, me abrazo y me conto toda la historia de la venta. En mi taller tenía una sección de galería con una sala, un bar y una cocineta, todo hecho en el taller como ejemplos a la venta. Ahí sentamos, brindamos y en este momento, por su emoción y algo de alcohol me imagino, Itzik declaro que los 4 socios van a hacer una cena espectacular en su nueva casa y que yo estoy invitado.

No sabía cómo van a reaccionar los socios al saber que estoy invitado a la cena privada del celebración, entonces deje una puerta abierta para Itzik y unos días antes de la gloriosa fecha, lo llamé y pregunté si es de verdad que está bien y que no pasa nada si se cambió su idea. “como crees” me respondió Itzik “promesa es promesa, todos te quieren y están totalmente bien con tu presencia, además, vas a encajar perfectamente bien con nuestro plan”.  Intenté de entender de que está hablando exacto, pero Itzik solo me dijo que es una sorpresa y nada más.

Lo que hicieron esos cuatro cuates en la fabulosa noche fue increíble. Se contrataron la directora del museo Japonés de Israel, porqué aparte de ser la directora, fue un chef de comida Japonesa en nivel mundial y la contractaron como maestra, para que en esta noche nos vaya a enseñar el arte del platillo sushi. La idea fue aprender y cocinar todos y luego cenar juntos.

No recuerdo el nombre de la japonesa. Soy terrible con nombres. Con números no tengo problema, pero nombres entran en mi oído izquierda y salen de la derecha sin dejar huellas en mi cerebro, así que la voy a llamar “ella”.

La casa de Itzik fue construida en la orilla de la montaña. Desde las grandes cristales que formaron un pared de la cocina, pude ver el deck de madera con mi barandal y mas allá, lejos en el horizonte, la línea que separa la tierra con el mar mediterráneo.

el mar se ve de otro angulo

Ella abrió su mochila y puso en la mesa una tela bonita. Encima, con mucho cuidado, arreglo sus cuchillos japoneses. “Mi abuelo hizo esos cuchillos. El es de los últimos que quedaron con la sabiduría de hacer la Katana” (la espada del samurái) dijo.

Los socios siguieron hablar y reír en rededor de la mesa. Creo que yo me puse algo pálido y di un paso atrás por el respecto al tesoro que estaba acostado en silencio sobre una tela bonita en la mesa. Ella, que estaba en mi lado izquierda, notó mi reacción y me miraba sin palabras.  Alguien de los cuatro lanzo su mano para agarrar un cuchillo con la intención de ver lo de cerca, pero los 150 centímetros de ella se brincaron adelante protegiendo el tesoro, diciendo: perdón, nadie toca mis cuchillos.

Empezamos a cocinar el arroz y preparar los ingredientes. Los socios se aburrieron bastante rápido. Parte salieron a la terraza con sus copas y otros fueron a ver algo en la gigante pantalla. Yo me quede pegado a los 42 kilogramos de una perfección japonesa. Intente imitar sus movimientos pero fue imposible. En un momento me dijo: toma. Fue la segunda vez que me miro con sus profundos ojos negros. Se puso el cuchillo mediano en frente de mi y repitió, toma lo. Con mano temblando agarré la obra de arte, hecha con maestro de katanas. Sentí su perfección, su equilibrio, hice un corte perfecto del quirófano y lo regrese con una profunda inclinación. Seguimos a preparar los tipos de sushi sin palabras.

Muchos años pasaron desde esta noche. Aun tenía la suerte de aprender preparar sushi en esta manera divina, lo temo de decir que no lo hago tan bien. Más de nada por falta de práctica. Sin embargo, me encanta este platillo. Cuando llegué a México, encontré en la primera vez que aquí se ponen en los ingredientes de un sushi, aparte del pescado, un tipo de queso. Normalmente queso crema como la Philadelphia.

Toda esta historia que tenias que leer mi querido mundo, es para llegar a este punto. No. No se mezcla quesos con pescado. Si se puede usar mantequilla de vaca en el proceso de cocinar pero los otros tipos de lácteos nop. Rambam escribió en sus libros de medicina que esta mezcla de pescado con lácteos es prohibida porque daña el sistema inmunológico. Y si así dijo, así es :-).

Los leyes del kosher de los Judíos no prohíben esta mezcla pero en mi opinión si tiene que ser prohibido. En la biblia, está escrito que no podemos cocinar carne con leche. Sin embargo, miren como está escrito. Para decir carne se usa la palabra chivo lo cual en hebreo tiene las mismas letras como la palabra pez, solo que al reversa (דג- גד).

¿Puede ser que durante los miles de años que la biblia paso de generación a generación, se equivocaron con esta palabra y la verdad es que comer pescado con lácteos es lo prohibido mientras comer carne con leche está bien?

No lo sé.

Hasta la próxima, Yaron.