Hola mundo.
Al fin llegó Adár. Así se llama el nuevo mes, lo que empezó ayer. Mi mes favorito.
Cada mes en el calendario judío tiene su esencia, su propósito y su enfoque. El deber del mes Adár es ser feliz. Por eso es mi favorito. Debemos en este mes buscar la alegría y estar felices, cada día mas, hasta el glorioso día, la fiesta del Purim*, una fiesta en donde emborrachar es obligatorio.
Pero qué extraño es exigir a alguien ser feliz. La felicidad y la alegría son sentimientos. No tenemos un botón, lo que podemos empujar para ser felices. Sin embargo, cómo existe este deber, seguro existe la manera de cumplir lo. Solo tenemos que aprender y descubrir, que es lo que genera este estado emocional y aplicarlo en este mes.
Para entender qué es lo que nos hacen felices, tenemos que entender que es lo que nos hace sufrir. En eso, la respuesta es simple. La falta nos hace sufrir. La falta de alimentación para tu cuerpo, te va a llevar al hambre y vas a sufrir. Si estás cansado y te falta horas de dormir, si te falta amor en tu vida, o si te falta dinero por tus necesidades. Más te falta de cualquier cosa, mas vas a estar triste y sentir sufrimiento. Entonces, la felicidad y la alegría, cómo es el sentimiento contrario, llegara de un estado de sentir completo. Cuando sientes totalmente lleno y satisfecho con tus necesidades.
El problema es, que estamos viviendo en una realidad defectuosa, en donde la perfección no existe. Solo el creador es completo y perfecto. El, por si no lo notaste hasta a hora, no está aquí. El estado natural de nuestro mundo es un estado de faltar. Para acercar al estado completo y alegre, uno tiene que tomar medidas.
Por ejemplo; si tienes hambre, tienes que hacer esfuerzo para trabajar, comprar comida, cocinar y comer, ni hablar de la digestión y lo que sigue. Una vez que estas lleno, satisfecho y feliz, no tienes que hacer absolutamente nada para regresar de nuevo al estado de falta, en donde tienes hambre de nuevo. Solo esperate unas hora y estas de nuevo en el hoyo. Igual con tu sueño. Para sentir fresco y con mucha energía, tienes que ir a dormir, de preferencia en buena cama, ricas sabanas y en una casa en el bosque. Pero para estar cansado y débil, no tienes que hacer ningún intento. En unas horas eres un trapo inútil. Así es con cualquier tema en nuestra vida.
¿Entonces Cómo podemos ordenar a alguien ser alegre, si la alegría es un resultado de trabajo que nunca termina y ni siempre depende de nosotros?
Cuando digo que estamos viviendo en una realidad de falta, eso es verdad, pero no es toda la verdad. Nuestro cuerpo pertenece a este mundo pero nuestro alma no. El alma pertenece al mundo espiritual. De hecho, el alma no es cualquier energía, es un auténtico pedacito del D-os. Wow ¿verdad? Sin embargo, está atrapada en un cuerpo, cómo si fuera un mundo independiente. Cada uno vive su vida separado del otro, confrontando el mundo material de la falta, sufriendo cada día para llenar sus necesidades y encontrar que se vacían solas. Tocando estados de alegría por pocos momentos y cae de nuevo a la lucha eterna, lo que termina solo cuando el alma deja de estar en el cuerpo y regresa a la luz. Allá, en la luz las almas juntan, disfrutan el estado eufórico constante de infinita alegría al fin.
La palabra Adár, el nombre de este mes, está hecha de dos partes; A y dar. La letra A significa D-os mientras que la palabra dar en hebreo significa – alguien que está viviendo en su casa, o en su hogar. Quiere decir que el mes del Adár es el mes en donde la energía divina está presente, accesible y vive en este mundo.
Lo que pone los almas en estado supremo cuando están en el otro lado, es la unión energética. Es exacto lo que tenemos que practicar en este mes para conquistar la alegría. Es por eso que en la fiesta del Purim*, aparte de otras cosas, se regalan comida y dulces a los amigos y desconocidos. Donan lo que uno puede a los pobres. Es por eso que es obligado a emborrachar, hasta perder la conciencia, para romper paredes, libera las almas de sus eslabones para que conecten, bailan, abrazan y ríen cómo si todos somos uno. Es una fiesta de disfraces, para ayudar a cada uno sentir libre y para que seamos consientes, de los disfraces reales bajo del disfrace artificial de la fiesta.

Lo que vamos a lograr romper y aprender para ser más alegres en este mes, tenemos que practicar todo el año, para que en el siguiente Adád, damos paso al siguiente escalón.
Salud y hasta la madre, Yaron.
- Este poste no es explicación sobre la fiesta del Purim. Estoy usando un migajon del inmenso Purim, lo cual su sabiduría es más profunda de las galaxias. Un migajon que tampoco lo entiendo bien.